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Alberto Rodríguez

Temas de opinión

Como dios, pocos

Como dios, pocos

El Rey del Salem, vaya título, es un modesto emprendimiento espiritual de un puertorro, un ponceño, señores, que vivía en USA, en la misma Flórida y que se proclamó Dios. Sin más. Dios se olvidó del mundo, lo teníamos merecido por pecadores, cuántas veces nos lo dijeron,  así que en su ausencia el boricua iluminado se arriesgó a reemplazarlo, y no por la soberbia de quien descree de él y se le enfrenta, sino porque el mundo no marcha sin un dios. Cuestión de responsabilidad social.

El Papi, Luisito Miranda, Rey del Salem, que lo sabe, lo puede y está en todo, se fijó un día en Lisbet García y la eligió para ser su mujer. Fue ella la que lo hizo humano, la que lo bajó de un absoluto y lo puso en su puesto, la que lo hizo gozar y sufrir. La Reina del Salem, la misma que lo acompañó a morir. Como dios que era, había proclamado su inmortalidad, así que a la hora en que dios lo llamó a cuentas, y le dio miedo morir, comprendió lo peor que podría comprender, que todo había sido el invento de un empresario astuto, que en el 2007 se había proclamado como el Anticristo.

Muerto el Papi Miranda, Lisbet no tuvo más que ingeniarse un nuevo emprendimiento, que vino a enriquecer el cuerpo de doctrina general del Rey, con la contribución de su reflexión encarnada, en lo que llamó, Creciendo en gracia.   Habiendo visto lo que dios hizo con el Papi, no se atrevió a decir, a dios muerto, dios puesto, sino que ensambló una coreografía vistosa, nada común, según la cual “Soy Cristo, la viuda de Dios”. Y para que no se fuera a tomar a mal el estado civil de dos que siempre han parecido masculinos, Lisbet nos sopla el descubrimiento último al que la llevó su estado de gracia,  Cristo no fue hombre, era una mujer. La prueba es que cuando “lo” crucificaron, por la herida que le causó la lanza de costado, le salió sangre y agua (Juan 19:34), lo que prueba que Cristo estaba “embarazada”. Una situación transgénero desde el mismo comienzo de la historia, que Lisbet cuenta al detalle, omitiendo algo importante: en realidad se llamaba Jesús María, había adoptado el nombre de su madre y se había mantenido virgen hasta los 33, pero  vaya dios a saber de quién estaba embarazada. Lisbet no nos lo dice y lo más grave, lo oculta. Porque si ella es la reencarnación de Jesús María, a la muerte de dios, tendría que saber quién es el Padre.

Cristo Lisbet les habla a los choferes de las grandes ciudades,   les habla a menesterosos y crédulos. Un chofer de taxi en Bogotá, dijo: “Llegar a ser inmortal lleva tiempo. Lo primero que hay que hacer es escuchar las palabras de Cristo Lisbet y hacer su voluntad”.

Si dios es negra y homosexual, según grafiti, es posible que Jesús haya sido aria, heterosexual y reencarnado en Cristo Lisbet.

La única ventaja de la fe sobre la ciencia es que no descree de la ficción.  

Que viva el pasado

Que viva el pasado

 Han pasado siete semanas desde que el Dux tomó el poder. Y sus movimientos, llámense proyectos de ley, reformas, nombramientos, iniciativas, muestran a un gobierno agresivamente regresivo.

El glifosato. El punto de partida que obliga a un deber que el gobierno del Dux tiene con el gobierno del Sheriff. Acabar hasta un punto con los cultivos de coca. Doscientas mil hectáreas es un exceso de producción, que en parte se debe al juego de participación de los carteles mexicanos, y por otra, a que ninguno de los procedimientos de extinción que se han utilizado funciona (erradicación forzada y voluntaria, fumigación terrestre y aérea). Todos lo sabemos. En contra de las evidencias científicas, de los impactos ambientales medidos, del desorden de los ciclos económicos, de la certeza de que nada ha servido, el Dux ha dado la orden de que del cielo llueva Glifosato. Ni siquiera importa lo que ha dicho la Corte Constitucional. Si de verdad quisieran acabar con los cultivos, lo mejor que podrían hacer en sana lógica económica, sería comprarles las cosechas a los campesinos para destruirlas.

El derecho constitucional al aborto. En varias clínicas y hospitales del país, algunos médicos se han negado a asistir a mujeres que necesitan un aborto. Probablemente amparados en la peregrina idea de que bajo el gobierno del Dux se le puede torcer con más confianza el cuello al ganso.

El nombramiento del “tristemente célebre” como embajador a la OEA. Nuestro Embajador fue destituido por el Consejo de Estado, porque de manera jurídicamente corrompida se hizo reelegir. Cómo pudo nombrárselo, para cubrir una plaza de Uribe como pago a los servicios electorales prestados, y al mismo tiempo ir a Naciones Unidas, como lo hizo hoy el Dux, a vender la idea de una lucha global, multilateral contra la corrupción. A primera vista la señal es que la corrupción paga.

Pachito. El Embajador perfecto para Trump; en muchos casos, ninguno de los dos sabe de qué habla. Ese par, con seguridad se puede entender. Pachito le podría vender a Trump la fórmula para electrocutar estudiantes y Trump, con seguridad le diría que la solución es hacer un muro entre Venezuela y Colombia.

Los “vientos de guerra”, sus ventiladores soplan desde el exilio rico de los venezolanos en Miami, que pueden hacerse representar en el lobby de Washington, por el Senador Marcos Rubio. Desde sus asociaciones han salido, desde agosto, llamados internacionales a una intervención militar en su país, una “intervención con diálogo”, “una intervención sin víctimas”. Así que nuestro Pachito, un día después de haberse posesionado, dice muy serio, que Colombia debe considerar todas las opciones. Como un pajecito latinoamericano que se pone al servicio del exilio venezolano, repite lo que ayer dijo al Sheriff y hace sus oraciones antes de dormir.    

Aunque no representa al gobierno, es del partido de gobierno, la Senadora Cabal ha presentado una iniciativa para “reformar” la ley de restitución de tierras, que busca proteger a los propietarios de mala fe, que son la mayoría. Una reforma que por su alcance, invertiría la carga de la prueba. Hoy, el propietario actual debe demostrar que la tierra es suya. Con la reforma el que tendría que hacerlo sería el que la perdió. Un diseño integral pensado en la no restitución. Una “reforma” que tiene más amigos que enemigos en el Congreso.

La prohibición de la dosis mínima. La estrategia perfecta para combatir el microtráfico y dejar que los mayoristas se muevan sin tanta presión. Es una medida que busca proteger a nuestra juventud, lo comprendo, que busca judicializar a los jíbaros, y a que los adictos acepten su condición, cualquiera podrá certificarla, desde el jíbaro hasta la mamá, con lo cual se evitan problemas legales y de paso reducen la oferta callejera, lo cual siempre es bueno para los precios.

Boterito. El muy particular y gracioso ministro de la defensa se inició diciendo que había que reglamentar la protesta social, y poco después, aseguró que la protesta estaba aupada y financiada por las organizaciones criminales, con lo cual nos ahorramos la reglamentación. Se trata de una especie de ministro anterior a la revolución de mayo en París.       

El talante del gobierno del Dux debe tener muy contento a Monseñor. La economía Un ministro de hacienda que nos ha demostrado que es un buen y éxito empresario y unas iniciativas muy precisas que buscan regresar al país a un pasado mejor: cuando los paras y los guerrillos expropiaban a gusto, cuando las mujeres necesitaban acudir a los abortaderos clandestinos, cuando se respetaba el libre desarrollo de la personalidad, cuando el ser corrupto tenía una sanción legal y moral efectiva y cuando la protesta social era un derecho civil.

Larga vida al Dux, bienvenidos al pasado.

Escuelas de novios

Escuelas de novios

En una academia militar un celador capta en un video el momento en que dos chicos tienen sexo en un aula, no hay nadie más. El celador mira lo que ha grabado varias veces antes de entregarlo a las autoridades de la academia. Los chicos son expulsados, por:

 A.  Hacer el amor.

B.  Hacer el amor en la academia.

C.  Haber afectado la sensibilidad moral del celador.

D. Haber violado el manual de convivencia de la academia.

 A nadie se le puede negar el amor, al menos todavía. A nadie se le había ocurrido prohibir hacer el amor en la Escuela, quizás porque muchas parejas lo hacen. Si entran a Google, por “videos conocidos de estudiantes teniendo sexo en las aulas”, van a encontrar a hoy 1.770.000 resultados (que incluyen videos de profesores y estudiantes). La sensibilidad del celador con seguridad estaba afectada desde antes. De no haberlo estado, interviene para amonestar a los chicos, no los graba de manera clandestina, no se recrea con el material y no lo utiliza para sacar algún partido. Y en el manual de convivencia no existe prohibición alguna de hacer el amor en las aulas.

Los abogados de los chicos demandaron ante la Corte Constitucional y consiguieron que declarase que la sanción fue desproporcionada, porque viola los derechos a la intimidad y no afecta a terceros (digamos, que hubieran hecho el amor en presencia de los niños de preescolar). Además porque la expulsión carece de algún soporte al no estar “hacer el amor” considerado como contravención en el manual de convivencia. Ahora la institución debe reintegrarlos.

¿Qué fue lo que realmente condujo a las directivas de la academia a expulsar a los dos chicos? ¿Una homofobia estructural? ¿Pecado contra natura?  ¿Fascismo sexual? ¿Indignación moral? ¿Escarmentar como una forma de control? ¿Falta de humanidad? En cualquier caso la institución obró de manera anticonstitucional y de manera antipedagógica. Lo cual, en ningún caso, es buena propaganda.

No parece que la medida de expulsión esté animada por ningún espíritu educativo, porque la exclusión, la condena, la proscripción, son la fuente anti educativa que más ha desregularizado la vida escolar, permeada por la influencia activa de las redes y los móviles.

No es posible que las instituciones educativas sigan tratando la vida de las personas que asisten a las aulas como si estuviéramos en una aldea del siglo XIV. Que sigan queriendo educar a la generación Google, con una moral cerrada de vagina y pene, con la mojigatería institucional de los homofóbicos, a pesar de los derechos civiles consagrados.

Lo que habría que proponerse más que un reglamento, una sanción, una prohibición irracional, sería comprender las conductas, condición de la actitud educativa, y acercarse a ellas, intervenirlas, entendiendo que todo lo que se haga necesita ser educativo. Quizás sea pedir demasiado a las instituciones educativas, dirigidas por unos adultos demasiado morales, de una ética demasiado sucia.

La rectora del colegio distrital Jaime Garzón, Mery Jiménez, dice que cuando se presentan asuntos similares lo primero que hacen es no satanizar –¿qué diría Garzón– a ningún estudiante. Han tenido que abrir una “escuela de novios” para atender de la manera más educativa, las situaciones que implican lo público, lo privado, la sexualidad y los medios.

El año pasado en la institución educativa Inem de Cali, se produjo un escándalo similar al de Bogotá, que condujo a una demanda, a partir de un video malísimo, con un audio malísimo y reconocible, hecho por los estudiantes del grupo de teatro del colegio.

¿Si nunca hemos sabido educar en la sexualidad, cómo nos va a alarmar que  los estudiantes estén tan integrados a sus planteles, que puedan utilizar las   aulas para echarse un polvo?

En cincuenta años las instituciones escolares, si es que todavía existen, tendrán espacios de habitación, moteles, para que los chicos reduzcan las tensiones de la vida escolar, amándose mientras dura el recreo.   

 

Santa y Andrés

Santa y Andrés

 En marzo de 2017 el film del cubano Carlos Lechuga fue vetado en la competencia del Havan Star Prize, en New York. La razón: un film de publicidad politizada. Quedó excluido del Festival internacional del nuevo cine latinoamericano, en La Habana. Por razones no dadas a conocer, que para nadie son un secreto. Por el contrario, en los festivales de San Sebastián, Miami y Guadalajara, levantó aplausos y premios. Hay que ver un film capaz de hacer arder la mala conciencia del poder, quizás la única.

La historia es una canallada, Andrés es un escritor independiente, que piensa y escribe lo que le da la gana, a expensas del poder que dicta la escritura, en un acto de ventriloquía al que se prestan los escritores dependientes. Ser independiente le cuesta el exilio, en la provincia rural más lejana en una casa arruinada, gris, de triste aire, el terreno desolado, arenoso, desapacible, polvoriento, salvo por el mar. El color mismo de la película es de un tenue desvaído a mitad de camino entre el blanco y negro y el color.

Santa Rodríguez es  una campesina de la localidad y miembro del Consejo Popular del que recibe la orden de vigilar al escritor. Él es homosexual, como Virgilio Piñera, Reinaldo Arenas y Lezama Lima.  Lo cual agrega a la maldición oficial de ser un escritor libre, la de ser un maricón. Digamos que los motivos del poder cubano pasan por ser los mismos por los que el franquismo asesinó a Federico García.

Ella lleva un asiento, camina por los caminos de ascenso hasta la casa, a donde va presentarse. Pero la vigilancia, el acto de representar el “poder popular”, abre la puerta para que en medio de largos y agrestes silencios, observaciones prolongadas, ella vaya acercándose y acercando a un hombre que por sí mismo no lo haría, hasta el punto de hacerle tambalear su condición de género y ponerlo en el camino de una heterosexualidad que ella excita, que promueve, con el gesto brusco, con el silencio bruñido, con un hablar rápido, entrecortado, nervioso, en medio de un afecto que improvisa, más allá de la tarea encomendada.

Andrés tiene encuentro nocturnos con un mulato mudo de la vecindad que lo acosa y en medio de esa soledad sideral que reverbera en la casa, lo adopta, para que en noches vaya y le haga sentir que todavía está vivo porque puede echarse un polvo. Pero después de que llega la Santa, lo rechaza, él intenta besarlo, en el cuello, la cara, la boca, y lo aleja aunque al final sucumba. Pero aun habiendo sucumbido el daño de la Santa está hecho.

Hay una escena en particular donde la película inventa una especie de auto sacramental en el que se humilla a la víctima, donde se ejercita el vejamen del “poder popular”, como en las comunas campesinas durante la revolución cultural china. Van a la casa, buscan en todas partes, hasta en la letrina que está alejada de la casa, no encuentran nada así que para no perder la ida, someten a Andrés a una humillación medieval, lo atenazan y hacen que ella le arroje huevos. Y luego entre todos lo muelen a patadas. Qué espectáculo tan humillante del poder desperdiciando huevos que bien podrían ir con el desayuno de los colegiales cubanos. El mismo poder que ayer en el acto de reforma constitucional sacó de la carta el programa comunista y le abrió la puerta a la propiedad privada.

El film me aplastó. Creo que para eso fue hecho. No veo qué otra reacción es posible que no sea el malestar. La economía, el silencio, la desolación, ponen un aire de nerviosa tensión para que como espectadores nos acerquemos y sintamos el dolor y su costo en vida que nos causa el poder.

No es un film para ir a ver mientras se engullen palomitas.

La guerra sucia del posconflicto

La guerra sucia del posconflicto

Después de los acuerdos de paz en cualquier país se produce un fenómeno de reacomodo de las fuerzas violentas que quedan por fuera del proceso. En Colombia desde enero de 2016 se han asesinado a 311 personas y desde la firma de acuerdo, a 159. Todas ellas tenían algo en común, eran reclamantes de tierras, víctimas del conflicto, defensores de derechos humanos o querían hacer política, acogiéndose al clima abierto por el proceso de paz con las Farc. La mayor parte de víctimas se concentran en los cuatro departamentos de la Costa de Pacífico, donde precisamente ganó Gustavo Petro en las elecciones.

La guerra sucia posconflicto se anunció desde hace más de dos años cuando comenzaron a caer los llamados líderes comunitarios -campesinos, maestros, trabajadores, pequeños propietarios- sin que haya habido una respuesta clara y contundente del Estado. Por el contrario, todos los muertos han venido a engrosar la gran galería de la impunidad.

Hay dos cosas muy graves alrededor de los hechos, que no puede imaginarse sin un patrón, un direccionamiento que hace pensar en dos cosas. En primer lugar que hay una especie de franquicia permanente para los grupos a los que se responsabiliza, paramilitares, elenos, narcos y delincuencia organizada, frente a los cuales el Estado, a pesar de sus declaraciones, no ha podido ni puede hacer nada. Las víctimas no encuentran en nadie, el apoyo para hacer valer el derecho a la vida. No hay forma de parar a los asesinos.

En segundo lugar, que la oleada de crímenes del último año en el cual cada cuatro días asesinan a alguien, sea la bienvenida temática al gobierno del Dux. No exactamente porque el nuevo gobierno de alguna manera haya promovido el exterminio, sino porque sus autores actúan bajo la creencia de que el nuevo gobierno se hará el de la vista gorda. Bastaría pensar en los dos gobiernos de Monseñor para comprender  que semejante hipótesis, por desgracia, tiene asidero.

Imelda Daza, una anciana de 70 años, ex fórmula presidencial de Timochenko, declaró hoy, que está pensando volver a su exilio sueco. En este país, dijo, están matando a la gente por el delito de pensar distinto. Cualquiera que no piense como el Centro Democrático, corre el peligro de ser eliminado.

¿Cómo habrá pensado el Dux consolidar la paz, olvidar las diferencias y pasar la página? Nada de lo que ha dicho hasta ahora tiene sustancia, credibilidad. Sus auténticos designios como Presidente no los conocemos.

Nada hace pensar que la ola de crímenes se va a detener. Porque no hay quien los detenga.  

Posible demanda de Porky a caricaturistas colombianos

Posible demanda de Porky a caricaturistas colombianos

Un artículo de Arcadia sobre el humor y la política me regresó al Platón más antipoético que recuerde. El que proscribió en su República, la risa de la polis. Fue quien vio con nitidez que el poder y el humor no pueden aparecer en público. El poder, de por sí, ridículo, no tolera nada que deje al desnudo su ridiculez. Nada en lo oficial puede destilar la más mínima gota de humor, porque tendría unos costos horribles. Se diría que el gobierno no se toma en serio, que no toma en serio su responsabilidad. La seriedad platónica es la única forma en la que el poder quiere ser visto.

Si un gobierno hiciera humor alrededor de la caída de un puente, asume un papel que la sociedad en su conjunto rechazaría. Ningún gobierno está dispuesto a pagar los costos de popularidad y gobernabilidad solo para que se le reconozca su sentido del humor.     

Con lo que resulta que el poder tiene en el humor un límite infranqueable, que no le permite utilizar las mismas armas de quienes ejercen la oposición con el humor. No es un asunto legal, aunque Garzón, Daniel Samper O, Tola y Maruja, más de una vez tuvieron y han tenido que responder ante un juzgado por un chiste. Demandar a un caricaturista es un mal chiste.

Entre nosotros el humor político, el humor contra el poder, ha tenido un puñado de soberbios osados, que en una viñeta o en una postal han aireado entre carcajadas la seria ridiculez del poder, que huele a huevo podrido. No prosperaría el humor si no naciera del entusiasmo creativo que causa el sentido de oposición. La lambonería, el unanimismo,  no dejan prosperar la sátira. ¿Cómo Klim, Chapete, Salustiano Tapias, Daniel Samper, Osuna, Vlado?

La imagen física del Dux, una vez se convirtió en tendencia, les dejó ver a los caricaturistas la analogía visual/gráfica entre el presidente electo y un rosagante y educado cerdito de las tiras cómicas, Porky. Con su ojo caricaturizador encontraron que no era necesario inventarle una forma, la tomaron prestada de un personaje analógico.  ¿Qué tienen los caricaturistas contra los cerdos?  

¿Quién quiere ser comparado con una caricatura? Si a una mujer se le dice que es como la Susanita de Mafalda, se ofenderá, aun si fuera como Susanita.

Quienes se han ocupado del tema del humor y el poder han intentado encontrar el punto clave que lo precipita, han dicho que es la excepción, la contradicción, la irregularidad hecha evidente.

Sospecho, más allá de lo anterior, algo particular del humor, el ex abrupto, en auténtico sentido latino, un imprevisto que lastima. El chispazo, ver de primero el imprevisto y soltarlo con el ánimo de causar una molestia simbólica. Negarlo sería un chiste.

Tola y Maruja son capaces de una imaginación narrativa que centra el humor en la anticipación exabrupta. Dice el Dux al patrón: vamos a gobernar sin odios. Vamos es mucha gente, responde el jefe.  

 

El maniqueísmo y la ponzoña

El maniqueísmo y la ponzoña

Es una desgracia histórica que el hoy presidente electo, El Dux, sea el que dijo Uribe. Más que por el joven Dux, por lo que significa la acción del bendito que bendice la presidencia a nombre de las fuerzas de la restauración.

En una entrevista con Yamid Amat (24-06-2008) el Dux responde con talante presidencial. Ha hecho una introducción pacifista, conciliadora, de no más polarización. Un radical llamado a unirnos en torno a lo que nos une. Aprender a vivir en la diferencia. “Digámosle adiós a las cosas que nos dividen”. Que lo diga alguien, que acaba de ser ungido, en uno de los países más desiguales del mundo, suena a ironía. Y pregunta Amat: ¿Cuáles son las cosas que nos dividen? “Hay muchos factores que en Colombia han ido generando divisiones”, por el maniqueísmo, por la ponzoña, por la noticia falsa. “Hay que pasar la página”. O el Dux no sabe qué nos divide, o sabe y no quiere decir. O peor, se burla de nosotros, presumiendo haber dado una respuesta. Quizás no sepa, que haga lo que haga, será un factor de división que atizará el relevo de fuerzas políticas en Colombia.

Colombia y México, son los dos países del continente, en los que jamás la izquierda ha llegado al poder. López Obrador será el primero en México.

En su campaña usted anunció alza de salarios tan pronto asuma el poder. No dice sí, ni dice no, es muy difícil sostener un cañazo populista de tal calibre, como los de Maduro, así que engloba la presunta respuesta como consecuencia del cumplimiento de las metas: bajar tributación (a los empresarios), reducir gasto, combatir la evasión y estimular la inversión. Si es necesario hacer todo con eficiencia para subir salarios, se le pasará el cuatrenio en blanco.  Y el alza de salarios terminará siendo la misma que cada fin de año, los empresarios, los sindicatos y el gobierno, se sientan a no convenir. Lo de los salarios, él de manera muy práctica, se lo deja a las empresas, a través de un pacto que consiste en que el gobierno les baja los impuestos y ellos suben los salarios. Un negocio chimbo para los empresarios.

¿Cómo va a combatir la corrupción que afecta la salud? Dux dixit: “Hay que quitarles a los políticos el control  de la gerencia hospitalaria en Colombia, hay que avanzar en la extinción de dominio exprés…”. Ya veremos al Dux matizando su declaración de guerra, para no propiciar divisiones, para no afectar la gobernabilidad.  

El Dux tiene la formación estándar de un funcionario medio del BID, apadrinado por Santos y luego por Uribe, en Naciones Unidas. Metódico,  trabajador, buen padre de familia y sin pasado político. Pero portador de un populismo que pasa por ser lo contrario, lo responsable, lo que se puede. Muchas de las cosas que ofreció, la “paz creíble”, el reajuste constitucional de la JEP, la erradicación obligatoria y el regreso a la fumigación aérea frente al riesgo de la desertificación, el alza de salarios, la guerra contra la corrupción,  serán “retos” que un gobierno como el del Dux, no podrá conceder.  No solo no podrá hacer todo lo que dijo, sino y lo más grave, no nos dirá todo lo que va a hacer.

Al Dux en Venecia, también se le conocía como el Dogo.onzoña

 

 

El acuerdo sobre lo fundamental

El acuerdo sobre lo fundamental

 Pasadas las elecciones siempre se dice “ganó la democracia”, aunque no haya ganado. Las del domingo pasado nos dejaron percibir unos hechos que reconfiguran el mapa político en el posconflicto. De cuando ya las Farc no son el factor común de agitación en las campañas.

 El partido liberal, que con Samper se había prostituido esencialmente, viene ahora con Gaviria a sellar su muerte política. Una pandilla de manzanillos y forajidos que se fueron a buscar alianzas por debajo de la mesa con Duque y Vargas Lleras, una pandilla sin dirección, sin escrúpulos. Y al frente un buen señor, que firmó el acuerdo de paz, pero que no era más que un candidato retórico. No alcanzó ni siquiera el umbral.

 Vargas Lleras con toda la maquinaria, las 4G, las casas gratis, la vicepresidencia, la chequera oficial, la chequera de Sarmiento Angulo, los alcaldes, los gobernadores, la U, los empresarios y los contratistas, hizo el ridículo soberbio de las maquinarias. Y no es que no sirvan, es que se fueron con Duque. Le hicieron pistola al más soberbio candidato, que no fue capaz de hacer campaña con su propio partido. La U no le votó, los cristianos pusieron muy poco, el partido conversador se fue con Martha Lucía, a los alcaldes que pillaron haciéndole propaganda, los detuvieron. Es el castigo perfecto para un soberbio, que quizás no vuelva a tener jamás todos los astros alineados. De paso la campaña enterró al sargento Pinzón, de la entraña santista, que primero quiso ser presidente y después se conformó con ser el vice del gerente.

 Sergio Fajardo se fajó, hizo una campaña limpia, trabajada, esforzada, reunió a los verdes y a los amarillos, ganó imagen, presencia, discurso, lo que se vio reflejada en votos, de hecho deja a Fajardo en el partidor del 2022. Podrían haberle ganado a Petro, pero dicen los de la Coalición Colombia que les faltó una semana. Crecieron a un ritmo que las encuestas ya no pudieron dar a conocer. El asunto ahora es, qué va a hacer la Coalición, de cara a la segunda vuelta. De principio no apoyarían a Duque, así que las opciones se reducen a apoyar o no a Petro. Queremos verlos acertar en la decisión política. El Polo, que hace parte de la coalición se dividió desde antes de la primera vuelta, Robledo enfrenta la peor amenaza a la unidad. La mitad del Polo se fue con Petro. Él desde fuera del Polo, del que alguna vez fue parte, le está ganando la pelea a Robledo. Si se hablan con Petro va a quedar claro que se necesitan, que es posible llegar a acuerdos, que lo que se está jugando bien vale decisiones inteligentes y generosas. Ganan ambos más, uniéndose que no haciéndolo. Quedan en un juego político que se encargaría del país. Todo lo cual, tampoco es garantía de que Petro llegue a la presidencia. Si no se van con Petro, tienen tres opciones: dar libertad de voto, invitar a votar en blanco o no votar. Que es lo que está haciendo Vlado con su ni ni. En cualquier caso, es lo menos inteligente, lo más soberbio, lo menos útil, pero ante todo lo más favorable para que Duque llegue a la presidencia con más ventaja, más votación, más legitimidad. ¿Se echarían a cuestas la responsabilidad política de ayudar a elegir al que dijo Uribe?  

 Si Robledo no quiere dejar hundir el Polo debe considerar con la mayor seriedad un acuerdo con Petro, a pesar de todo el pasado de diferencias políticas. Si Claudia López no quiere que los Verdes se precipiten en el limbo solitario del orgullo, si lo que busca es que se proyecten como fuerza política con margen de maniobra, no puede quedarse por fuera del primer proyecto político en el que Colombia no sería gobernada por los facinerosos del poder, los liberales y los conservadores y sus descendientes. Si de verdad creen que son el presente y el futuro de la política, que se han levantado contra el pasado del proyecto uribista, necesitan sentarse a hablar, alrededor de una botella de ginebra y llegar a un “acuerdo sobre lo fundamental”.

 

El carácter y el poder

El carácter y el poder

 La personalidad psicológica de los candidatos presidenciales, es ya un tratado desde la llegada de Donald a la Casa Blanca. En las elecciones en Colombia la personalidad de los candidatos ha tenido más discusión que en campañas anteriores, en las que todos tenían que referirse a la paz, con una promesa de campaña según la cual se consagrarían a derrotar o a negociar con las Farc.

 Se han hecho retratos psicológicos, tipificaciones, perfiles, de todos los candidatos, en televisión, radio, prensa y portales. Y de alguna manera se los ha ido caracterizando, como quien tipifica un producto que pretende venderse en el mercado electoral.

 Vargas Lleras ha sido víctima de su carácter, como su abuelo, toda la vida. Ahora es víctima de las tipificaciones y de las encuestas, a causa de reacciones públicas que muestran lo que no se puede mostrar. Los gestos, el rictus, las miradas, los labios, el movimiento de las manos, la expresión corporal, todo ha sido observado y tipificado casi con saña (las agencias han hecho estudios durante los debates). Vargas en la tipificación está asociado al coscorrón, el patrón del bien, el director, el que habla dejando ver los puntos y las comas y es enérgico al afirmar. Alguien más interesado en hablar que en escuchar. Alguien que no da confianza psicológica de interlocutor.

 Fajardo, el candidato profesor, tiene la imagen fresca, suelta, informal, juvenil, bronceada, aunque a los sesenta años, todo eso podría parecer un buen disfraz. Es un tipo chévere, tranquilo, que no quiere camorra, metódico, que entorna los ojos hacia arriba. Un candidato cuyo carácter público, no delata puntos críticos en la tipificación de personalidad.

 Petro, es de lejos, el que más ha dado papaya para que lo tipifiquen. Bastaría leer el último editorial de Caballero en Semana, contra Petro. Un ajuste de cuentas a costa de su carácter. Todo lo que al carácter se refiere, que debiendo permanecer oculto, trasciende, se convierte en un tiro en contra, un disparo en el pie. Su pequeño ego de caudillo natural, lo traiciona. El convencimiento sincero de tener siempre la razón, apoyado en una capacidad estricta de argumentación. La incapacidad de sostener y formar equipos de trabajo, gabinetes efectivos, partido. La bravuconada de su yo ilustrado lo lleva a cometer errores de tacto, de relación política y personal. Dice Caballero, es un tipo que habla de él mismo en tercera persona. Como “Yo el supremo”, de Roa Bastos.

 El “Duque” más que debilidades de carácter, tiene debilidades de identidad. Es un tipo tranquilo, irónico, que sostiene un discurso, que está informado, habla como hablan los burócratas internacionales de la gran banca. No se le conocen bravatas, humores vidriosos, salidas de ropa, mentadas de madre, amenazas desquiciadas, no le hemos visto salir babaza paisa de borracho cargado de tigre. Y no se le conocen, porque antes de la consulta no era nadie, era una representación de Uribe, solo eso. En la campaña ha hecho un esfuerzo para moverse entre la servidumbre y la independencia, que en la tipificación de los caricaturistas no lo salvó de ser retratado como un chancho, Porky, uno de los animales más inteligentes de la creación.  Él es el que dijo Uribe, pero en campaña se muestra como si fuera él. En un espacio tan complicado se revela toda la distorsión de identidad. En su campaña gráfica de imagen el patrón despareció. Duque es un candidato, según el marrano. Como en la “Guerra del cerdo”, de Bioy Casares.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seusis Pausivas

Seusis Pausivas

Si hubiera sido Seusis Pausivas Santrich tendría una sonoridad casi heráldica, pero Hernández…era inevitable el seudónimo. Cuando mi mujer me contó que se le habían metido a la casa y lo habían apresado acusado de narcotráfico, lo primero que se me ocurrió fue: ¡ciego tan güevón!

El punto es que los medios, la Fiscalía, la opinión, los partidos, todos, sin estar judicialmente probado, damos por sentado que Santrich tiene negocios con el narcotráfico. A excepción de los antonios caballeros de los medios, todos hemos considerado que no hay ninguna sorpresa en que las Farc reload tengan vínculos activos con el negocio. No es algo que se discute. Nadie creyó que las Farc en La Habana renunciaran a una actividad obscenamente lucrativa, en virtud de la necesidad de una declaración necesaria para solventar una diferencia en el negocio con el Estado con el que estaban negociando la terminación del conflicto.   

El momento más álgido, cuando de hecho las negociaciones se rompieron temporalmente y la delegación oficial se levantó de la mesa, fue durante la discusión sobre el futuro del negocio. Las Farc se resistieron hasta última hora a hacer concesiones. La discusión la encabezó y la dirigió Jesús Santrich. Un desconocido de 52 años, de la retaguardia del secretariado.

 Silla Vacía escribe: “La ambición o la egolatría que llevó a Santrich a continuar negociando con cocaína le ha hecho daño a todo el mundo”.

Las Farc no tienen credibilidad. Es el mayor pasivo de los firmantes del acuerdo en la etapa del posconflicto. La mayor tragedia para las Farc y para el país.

La idea de la huelga de hambre casi nunca es buena, por el costo, aunque a veces necesaria, como en el caso,  cuando ya no queda más por hacer. ¿Pero de verdad Santrich se quiere morir? Después de 32 días suspendió el castigo, los distintos poderes clamaron para que lo hiciera. De haber sido una efectiva teatralización de la situación extrema, el resultado es positivo. Con el caso Santrich se creó el limbo más enorme del proceso de paz.

No solo nadie sabe qué hacer, sino nadie quiere hacer. La JEP no puede hacerse cargo, porque no se ha establecido la fecha de comisión del delito. La justicia ordinaria tampoco, por la misma razón. El Presidente ya no tiene tiempo para intervenir, ni siquiera en una extradición. USA no puede hacer nada, mientras no lo tenga allá. La iglesia que acoje a Santrich en un albergue y como acto humanitario, ya no sabe qué hacer con él, frente al fuego nutrido de las brigadas uribistas.  

Lo más grave, sin embargo, es que Santrich sea la cabeza del iceberg de una montaña de nieve ácida, que al destaparse arrastre a otros miembros de la dirección de las Farc. Marlon Marin, hoy bajo custodia y protección de la DEA, podría ser el detonante. La DEA está buscando, desde que se lo llevó y a su familia, el testigo excepcional para hundir a las Farc. No solamente por el caso Santrich que supone los vínculos de las Farc con el cartel de Sinaloa y el cartel de los Soles, sino por el manejo sucio de los fondos para la paz, del que Marín es responsable. La DEA puede hacer que Marín diga lo que quieran que diga. Nunca habían tenido un testigo tan potencialmente peligroso. Si todo estalla, las Farc estarán liquidadas. Habrán pasado a una defensiva táctica que va a sacarlos del proceso de paz, por la vía de su defensa con recursos de derecho, o por vía de recursos menos ortodoxos.

¿Por qué Iván Márquez va a retirarse a sus cuarteles de invierno en el Caquetá? ¿Por qué amenaza con no posesionarse en el Congreso? Son actitudes erráticas, de una insolencia improductiva para el proceso de paz, que no ayudan a capotear el peor temporal. Como si en vez de aprestarse a defender políticamente el proceso amenazado, estuviera pensando en tomar distancia de salvamento.

Si Santrich decidió no morir, será porque alguien debió ver una luz al final del túnel. Una luz invisible para él, que alumbra el sentido de una esperanza gracias a la cual no terminaría de compañero de celda de Simón Trinidad.

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Mayo 68. American psycho y Emma González

Mayo 68. American psycho  y Emma González

Una sobreviviente de la masacre de la secundaria Marjory en Parkland. “Tengo 18 años y soy bisexual”. De la generación Z (nacidos en el siglo XXI). Latina, de origen cubano, apariencia andrógina. Salió con cuatro más en la portada de TIME, con una palabra sobrepuesta: ENOUGH

Fue ella la que se paró pocos días después de la masacre en una tribuna desde donde le dijo a Trump que si viniera a decirles que lo siente mucho, ella le preguntaría cuánto le pagó la Asociación Nacional del Rifle. No más negocio a costa de la vida de estudiantes en todo el país. Es suficiente. Exigió.

“Soy tan indecisa que no puedo elegir un color favorito, y soy alérgica a doce cosas distintas…pero ya nada de eso me importa”, escribió Emma González en Harper’s Bazaar.

Pero la causa “suficiente” de Emma y un grupo de chicos a favor de la vida, en cambio de haber sido tomada como la iniciativa de oxigenar una causa colectiva para preservar con vida a las estudiantes de América, también fue leída como anuncio del mal. “No más pensamientos y oraciones, es hora de tomar acciones” le dijo Emma a Trump, en su discurso. Lo único que reclaman es que no los maten más, que se salve la vida en las escuelas, que los chicos y las chicas representen para América un valor por encima del valor de mercado. Una causa para evitar que más escolares sigan siendo víctimas del American psycho.

Los anticastristas dijeron, esa Emma es comunista. De lo peor de la condición humana. Y a los medios reprochan hacer eco al discurso comunista. El alma macartista de América sigue viva en el alma de una gente que ni siquiera nació aquí, vino a refugiarse desde Cuba.

Se puso en la mira de los bloques de supremacistas blancos que asimilan a Emma con el “mal latino”, una mujer de una de esas “razas de mierda”, como diría Trump. Un ser inferior que ha sido capaz de pedir control en las armerías y que con insolencia se atreve a decir, qué es suficiente para América.

Jesse Hughes, el vocalista de  Eagles of death metal, la banda que sobrevivió al ataque en la sala Bataclán de París en noviembre de 2015, también condenó a Emma. La acusó de traidora y de buscadora de imagen. Vitrinera.

No gustó a los cientos de miles de grupos de oración y comunidades espirituales de América, que Emma no quiera más oraciones. Es algo depravado, impío, que nos aleja de la salvación. No importa, que lo que Emma esté pidiendo, sea la salvación de los estudiantes en esta vida.

No gustó en la Casa Blanca, el anticomunista, machista, racista, mafioso, todopoderoso, lujurioso, mentiroso, bufó sin decir mucho. ¿Qué se ha creído? Una puta latina que habla duro y habla claro a la que los medios están inflando para joderme.

No tuvo buen recibo en la Asociación Nacional del Rifle. Los miembros de la junta se miraron entre sí y pasaron al siguiente punto en el orden del día.

A cincuenta años de la revolución de mayo 68 en París, suena bien que desde los Estados Unidos, una voz femenina disidente, un contra poder desarmado, una fuerza simbólica de muchas personas, digan algo así como, alto al mercado, paso a la vida. Y con la fuerza multiplicadora de la imaginación en red se levantase una polvareda a favor de la vida. En USA, en Siria. En todos los países.

A exactos cincuenta años de mayo del 68, Ema González celebra, aun sin ser consciente, la prohibición a prohibir la vida, que el mercado de armas sostiene por encima de cualquier consideración humana. Si con sus palabras le prende fuego al mantel, está bien, que se dañe el almuerzo. América sin armas.     

La balada judicial de Pedrito Aguilar

La balada judicial de Pedrito Aguilar

Pedrito Aguilar es, o era, un líder sindical de los transportadores de Colombia, fue quien movió la revuelta camionera de 2016. Y como buen líder, un corrupto. A cabrón el Pedrito, le vendió 12000 camiones al Estado, que le pagó para sacarlos de circulación, chatarrizalos, fue la orden que le dieron. Pero Pedrito no cumplió y dejó que sus dueños siguieran moviéndolos, a cambio de un seguro que todos le pagaban, para que nos los chatarrizara. Y al Estado le esquilmó medio billón de pesos en la venta. Es mi Pedrito. Lo agarraron al pobre, lo sacaron de circulación y lo chatarrizaron. Fue lo que pasó

El día de la última audiencia, Pedrito se presenta con su abogada, la doctora Milena Zárate. Preside la juez 77. Se instala el miércoles a las 4:53. El fiscal delegado es José Edilberto Parada. La abogada va directo al asunto, solicita al juzgado la libertad para Pedrito por vencimiento de términos. La Fiscalía está de acuerdo. Pedrito sale y va a meterse a un apartamento ambientado al sur de Cali.

Dos semanas después recapturan a Pedrito y capturan al Fiscal Delegado. Ambos fueron detenidos sin poner resistencia, sin complicación, se entregaron. Parada resultó ser un fiscal de utilería, mal actor, nervioso, azarado, tuvo lapsus notorios en dos ocasiones, que pasaron desapercibidos para la Juez  77. Un desempleado de barrio al que le pagaron dos millones, por el papel de su vida.

Y más tarde, le echaron mano a la Zárate. Le sacaron el tele, le miraron las llamadas, y encontraron las que se habían hecho con Parada. Ahora los tres están en la cárcel, esperando una sentencia. .

A Pedrito recién lo capturaron cuando la Fiscalía y el juzgado se enteraron que Parada no es Fiscal. Una acción coordinada, rápida y contundente, les permitió enterarse por los videos de la audiencia. Entonces se tendió un operativo para atrapar a un capo de los desempleados que se hace pasar por un actor que representa a un Fiscal que va a dejar que la Zárate saque a Pedrito, por dos miserables millones.

De manera completamente prevista y planeada, alguien en el poder judicial, las Judicaturas, ordenaron a los juzgados que verifiquen que los fiscales son los fiscales. Aunque en un país como Colombia, semejante exigencia no tendría sentido. ¿A quién se le ocurriría? Y además, se le pide a las partes informar a las contrapartes, cuando se curse una solicitud.  

La audiencia fue pedida por la defensa. Pero ni el Juzgado ni la Fiscalía se dieron oficialmente por notificadas. Pedrito Aguilar, puso su abogado, pidió la audiencia y puso su fiscal. No le faltó sino haber puesto a la jueza. Ese es mi Pedrito.   

 

 

La imaginación al poder

La imaginación al poder

En mayo de 1968 yo tenía veinte años y quería ser médico. Estaba matriculado en la facultad de medicina, cursando un año básico. La vida por primera vez fuera de la casa paterna en la provincia, me era incierta. Estaba matriculado, pero ya no podía ser completamente solidario con el proyecto familiar de ser médico. Pero si no era ser médico, no sabía qué.

 Había nacido el mismo año en que mataron a Gaitán en la capital y ahora venía de la provincia, a la capital regional, en donde vivía el día en que cayó el General Rojas Pinilla del gobierno, el 10 de mayo de 1957, menos de un año después de que hubiera explotado un convoy militar con explosivos en Cali.

 La imagen que tengo es precisa. Mi padre maneja un Cadillac 1954, descapotado, verde botella, con todos los servicios automatizados. Va mi madre, un tío, mi hermana, mi abuelo, gritan, mientras van sentados en  los bordes y mi padre le da como loco al claxón en medio de un rio de carros que corre por las calles con una consigna: ¡¡se cayó, se cayó!! Tenía ocho años y mi familia parecía estar loca, celebrando que se hubiera caído un tirano. Le pregunté a mi padre qué significaba toda esa locura, y él dijo: hoy ha terminado el terror.

 Nunca terminó el terror. Cuando desde el mes de abril del 68 llegaron las noticia de París, ya otro veneno había comenzado a obrar en mí, las mieles inicuas de la literatura. Había leído a Toreau, a Kierkergaard y a Henry Miller. Tenía un coctel de toxinas suficientemente explosivo como para que al enfrentar y digerir las noticia que nos llegaban atropelladas de París, lo hiciera amparado en la desobediencia, la desesperación y la literatura.

 Fue el año en que nos llegó el “prohibido prohibir”. El éter sagrado del anarquismo. Demoré en convertirme a él, lo confieso, pero finalmente lo hice a finales de siglo.

 Al comienzo pensé que era un levantamiento estudiantil como muchos en muchos países. La guerra en Vietnam servía para que nos moviéramos cada semana. La noticia, bien entrado abril,  fue que los trabajadores franceses se habían pegado. Por primera vez en nuestro tiempo el movimiento estudiantil y el movimiento obrero coincidían en salir a tumbar un régimen. Fue algo que hizo mucho ruido. Agitó todas las ideas libertarias amancebadas con las utopías, los imposibles de la historia, la política del anti poder, y las que se ligaban con la vieja idea de la “huelga general”.

 No fueron solo noticias, nos llegaron propuestas, las consignas de mayo. Fue la publicidad mundial de la revolución que llegó a América. Fue la misma insolente publicidad, retadora, que hizo que se regaran letreros, de Argentina a México, como: USA nos USA.

 Así que cuando el levantamiento se terminó y estudiantes y obreros se sentaron con el gobierno a negociar la reforma, unos acuerdos para tener una sociedad mejor, yo ya sabía que no iba a ser médico. Y me enfrentaba a una especie de vacío de futuro, de no sé qué va a ser de mí, de no sé qué quiero.

 El juego consiste en ponerse en el partidor de las vidas posibles, y seguir, como cualquier caballo, una y solo una. Quien no se entrega a una, no tiene vida. Nunca quise ser algo en particular, tratándose de trabajo asalariado, un profesional en algo. De hecho pasé por muchos empleos que no tenían que ver nada conmigo, pero que me permitían pagarme otro tiempo, el de estar tanteando de qué lado de la vida, es mejor vivir.

 La toxina que me intoxicó fue la ficción. Mayo del 68 es un tumulto venenoso de ideologías, de toxinas parisinas, un flujo desesperado y diverso de hechos que trasgreden. Cada hora, cada minuto, pasaba algo que se transmitía al mundo.  Me contagié antes de los veinte y quedé lisiado. No me puedo inclinar. Años después vine a saber que la toxina estaba concentrada en la consigna política mayor: la imaginación al poder.

El bestiario electoral

El bestiario electoral

Doctor Coscorrón. No puedo más que sentir miedo, de que un tipo como Vargas Lleras pudiera ser presidente. Un “animal político” de carácter depredador, que ha sabido esperar su turno, y que va a hacer todo, y todo es todo, lo que necesite para echarle zarpa a la presidencia. Despótico, obsesivo, víctima de un instinto posesivo inmoderado, cuya consigna podría ser: si para obtener el fin debo entregarle el alma al diablo, se la entrego (presumiendo que la tenga). Tiene maquinaria estatal, partidista y se ha amangualado en las regiones, en el Caribe en particular, con todos los bandidos de cuello blanco, de cuello negro y sin cuello, capaces de producirle votos. Tiene todo el dinero para una campaña 4G y un empresariado esperando el turno para redimirse.

De la Calle. Un liberal que oscila entre el romanticismo bobo del liberalismo y el pragmatismo de los negociadores. Sin partido, rodeado de gente como Serpa y Cristo (a quienes es mejor jamás tener de aliados). Viene cargado con el prestigio de ser el hombre que desarmó a las Farc. Lo que hoy resulta ser un arma de doble filo. Si bien es algo que le puede dar votos, también se los puede quitar. En principio, se podría pensar que es el candidato de Santos, aunque con Santos nunca se sabe, por el solo hecho de ser el único candidato del SI.

El Duquecito. No sería políticamente nada, sin Monseñor. Es algo inflado, apadrinado, retocado, influido por su presencia oscura, y a quien las encuestas le sirvieron para arrancar la bendición. Ya ha declarado, que Martha Lucía, será su fórmula Sin Monseñor sería apenas un “mozalbete inteligentón”, según lo describe Fernando Londoño. Un técnico de la política, exfuncionario internacional, informado, con discurso estándar neoliberal, afecto a la economía naranja y defensor de la industria de energías sucias. Tiene resistencias notables en su propio partido, a pesar de ser el elegido. Pero como a nadie se le creen los juramentos de obediencia en política, valga para él su nominación.

El Petro. Tiene un yo tan grande que no puede entender qué cosa es la autocrítica. Es una forma de iluminado popular, tribuno de la época del twitter, argumentador, retórico, eficaz, capaz de llevar la palabra a una zona de emergencia para su interlocutor. No tiene partido. Comprende el cosmos político colombiano en el marco mundial, tiene una visión, que es mucho decir, entre los políticos. Tiene el prestigio senatorial que le asegura un electorado fiel, de opinión, que en Bogotá y la Costa Caribe, le deja jugar con su propio capital político en la subasta electoral. Es el candidato que más despierta resistencia en el establecimiento. Un burgués cualquiera, tendría más miedo de Petro que de Timochenko.

El Profesor. Sergio Fajardo es un matemático al que los cálculos políticos, en general, le han salido bien. Hizo en Antioquia un gobierno mejor que el de Monseñor. No tiene sombras siniestras detrás, rabos de paja, procesos desperdigados en los juzgados, incriminaciones éticas, prontuarios públicos, ni las manos untadas. Su política ha sido ensayar el centro. No entrar en polémicas con la izquierda, sus aliados, ni con la derecha, sus competidores. Los verdes y los amarillos pusieron sus máquinas electorales al servicio de su campana. Tiene las cosas claras, se hace entender, no tiene el síndrome de Antanas. Su activo temporal, todas las encuestas, desde el año pasado, lo ponen de primero. 

“ÉL”

“ÉL”

"Llega a su hotel, se baña y se arregla para salir a cenar con una pareja de amigos. Alguien golpea en su habitación. Ella mira por el rabillo de la puerta, es su jefe. Abre, “Él” la empuja…”. Le ordena con ese dedito índice de la mano que haga silencio y la conduce amablemente a la cama. Ella, “que siempre tiene fuerza, la pierde, aprieta los dientes”. Qué si grito, dice ella. No lo harás, dice él, y no lo hizo. Y todo quedó entre ellos, hasta el 19 de enero, en que Claudia Morales en su columna del Espectador, nos lo contó.

La columna de Claudia Morales la ha puesto en la ola de redes y medios, la ha convertido en tendencia me#too, comienza narrando, luego reflexiona y termina en un llamado. Su título: El derecho al silencio. Me causa curiosidad saber por qué lo rompió. No basta que no haya mencionado el año, y el violador sea encubierto por ella misma con el pronombre ÉL, para no presumir una traición al silencio. El nombre según ella misma, lo conocen, su marido, dos amigos periodistas y dos amigos no periodistas.

¿Por qué venir a traicionar su silencio a comienzos del malhadado año electoral de 2018? ¿Por qué dar tantas pistas? Claudia trabajó entre 2003 y 2004 como jefe internacional de prensa, para el gobierno de Monseñor Uribe. Un tipo que era poderoso y muy peligroso entonces, su jefe, que seguimos oyendo y escuchando todos los días en los medios, que ha hecho y puede hacer mucho daño, según escribe. Si no es Uribe, es su doble, o el doble de su doble. Claudia traicionó su silencio con la adivinanza del huevo, blanco es y gallina lo pone. No fue necesario más para que el país y el mundo malpensante, imaginara a Monseñor follándose a Claudia en la habitación de un hotel.

El 24 se abrió en la Fiscalía la investigación. Una que Claudia sabía que iba a provocar su columna. A la Fiscalía tendrá que decirle el nombre, en eso consiste la investigación. Y cuando Claudia cante, es su obligación judicial como forma de evitar convertirse en cómplice, la papa caliente le quedará en las manos a Nestor Humberto, que bien sabrá qué hacer con ella en el año electoral.

Reconozco todas las razones de Claudia para haber sepultado el hecho durante tantos años, su derecho al silencio, la protección de su familia y ante todo evitar el inmenso riesgo que corría y todavía corre. Lo que confirmaría la peligrosidad actual de un poderoso violador que anda suelto y todavía le puede hacer daño. Pero aun así, no entiendo por qué traicionó su derecho.

Con todos los indicios que Claudia dio, los datos aportados, hasta en el Centro Democrático se lo creyeron, así que emitieron un comunicado urgente sobre la honorabilidad y la pulcritud de Monseñor. El guiso que le faltaba a la papa caliente.

Lo que más me gusta del curso que ha tomado la denuncia es el efecto político que desencadenó, que no creo que estuviera completamente ausente de las consecuencias que ella como periodista anticipó. Por ejemplo, que Ivancito Duque, se hace desmadrar por la honorabilidad de Monseñor.  Un profundo acto de lealtad o complicidad, para con ÉL. 

Si pusieron un hombre en la luna, bien pueden poner un imbécil en la casa blanca

Si pusieron un hombre en la luna, bien pueden poner un imbécil en la casa blanca

No sé si el pueblo norteamericano se merece o no, al megalomaniaco rubio y mentiroso, que por torcidas artes de la democracia terminó en la Casa Blanca, como quien termina en el sótano porque lo han precipitado por el shut.

El libro Fuego y furia, de Michael Wolff, es el resultado de meter las narices, con autorización y sin ella, en la “casa blanca” del perro. Completar el imaginario que el mundo ha venido haciendo del Sheriff con mierda de perro en los zapatos. El libro es un poco escatológico, por la desnudez conque muestra los actos privados.

Si quienes eligieron a Trump en el 2016 lo van a sostener y a salvar, del cada vez más abierto esfuerzo de quienes no lo eligieron para conseguir su remoción, quiere decir que los Estados Unidos, después del gobierno de Obama, entraron en la fase madura de su decadencia. Es posible que si los Estados Unidos pusieron por su capacidad científica, el primer hombre en la luna, también puedan poner con su ceguera provinciana, a un imbécil en la casa blanca.  

Trump representa a la gente de los Estados Unidos que les gustaría regresar a los años “sin cuenta”, a la antigua, generosa y productiva América. América para los americanos. A quienes tienen que vérselas, todos los días, con la América real -la del multicultaralismo, las masacres escolares, los chicanos, el narcotráfico, los hackers, el riesgo ambiental, la desindustrialización, las burbujas financieras, el terrorismo y la depresión- Trump jamás podrá representarlos, como no representa a la mayor parte de las sociedades en el mundo. A las que por el contario, o no conoce, o las escupe.

Un largo año ha bastado para que el temor prelectoral por el riesgo que para el mundo significó el ascenso de Trump, ha bastado para saber que en la “casa blanca” hay un sheriff que ve televisión, se harta de hamburguesas y donuts, toma coca cola y junto al teléfono y el control, tiene su gordo botón de hacer estallar bombas atómicas. Y hasta es capaz de publicar todo en twitter.

Trump es una versión híbrida de Rico McPato y Frank Underwood. Finalmente Walt Disney llegó a la Casa Blanca.   

 

 

Juego de tronos

Juego de tronos

La maldición del poder que terminó por destruir a los Incas, vive en las venas profundas de una tradición jamás desterrada, ni por ellos ni por ningún otro pueblo en la tierra. ¿Qué tiene el poder que mueve a los pueblos más que el amor, la democracia y la libertad?

La historieta trágica del Perú por cuenta de los arreglos secretos de PPK con el clan de Kenji Fujimori, y el consecuente indulto a Alberto Fujimori, es la continuación de la misma tradición en su temporada más degenerada, en la que el corrupto es héroe. Es un juego de corruptos en el que cualquier honor ha sido suprimido. Como en las obras de Shakespeare, puede leerse en sus protagonistas el oscuro silencio de sus intenciones y las nervaduras palpitantes de los peores sentimientos de que somos capaces los seres humanos.

La masa congresional fujimorista tenía en su mano el recurso para imponer una moción de retiro del presidente, con las evidencias del escándalo de Odebrecht que salpicó los bufetes de PPK. Pero las viejas rencillas de poder familiar entre Kenji y Keiko, encontraron en el escenario una forma de disputa, en la que de una parte se jugaba la destitución de PPK, abriéndole el campo de juego al fujimorismo, y de otro la oportunidad para que Kenji, lo dividiera, con la ganancia de haber liberado a su padre.

PPK estaba en un callejón sin salida, salir del poder o indultar a Fujimori. Para alguien que quiere quedarse en el poder a toda costa, el indulto del viejo genocida, sería el mal menor. Probablemente subestimó la reacción de sus propias fuerzas al sentirse traicionadas con la libertad el símbolo vivo de la violencia y la corrupción del poder. Quien ahora se recupera de doce largos años de prisión, de los 25 a que fue condenado, en una casa de cinco mil dólares mensuales, desde donde dirigirá el avance de sus huestes, el clan de Keiko y el clan de Kenji.

El mismo miserable juego de poder que ya estaba instalado en el corazón del imperio español y del imperio inca. El mismo juego en el que todo vale, en el que el fin justifica los medios, en el que no hay nada sagrado.

Ragnar Lodbrok, el rey de los vikingos le da una lección a su hijo, antes de zarpar hacia Inglaterra. Le dice que el poder no es lo más importante, es un medio, que sin embargo es capaz de sacar lo peor de nosotros mismos.

Más han evolucionada los algas azules que las sociedades humanas, en lo que se refiere al manejo del poder. El mismo veneno que se regó en la horda primitiva, en la lucha entre el poder del padre acaparador de las mujeres y el poder de sus hijos hombres, sigue corriendo por las venas de quienes aspiran, manipulan y ejercen el poder en el mundo.

La abominación de origen que ha dado vida al anarquismo sigue resonando en la voz disonante de quienes por principio sospechan de todo poder. 

Semama la parodia

Semama la parodia

En la última edición 2017, la revista Semana parodia al comienzo y al final. En página veinte, un artículo central, titulado: “Los papeles (olvidados) del magnicidio”. La revista nos dispara su conclusión editorial sobre el asesinato de Álvaro Gómez, que no es más que una parodia de la conclusión del embajador Frechette, “…la teoría de que Samper y Serpa estuvieron detrás del asesinato no tiene pies ni cabeza”. En consecuencia la teoría del crimen de Estado es un delirio de quienes jamás quisimos a Samper.

El artículo comienza con un refrito de “los papeles de Rommel Hurtado”, un filonazi al que habían capturado por enriquecimiento ilícito y en el 2010 dieron de baja en un ajuste de cuentas en Armenia. Encabezaba un grupúsculo de fanáticos delirantes que se reunió para promover un golpe de estado contra Samper, que debería encabezar Álvaro Gómez. Él ni siquiera los quiso recibir. No era con un grupo de delirantes fascistas con los que se podía remover el régimen en el que el liberalismo y el narcotráfico habían sellado un pacto de colaboración. En su última entrevista dijo, que había que cambiar el régimen, pero no había con quien. 

Todo lo que encontraron en la caja fuerte de Rommel son capítulos manifiestos del delirio ideológico de un puñado de sabandijas, parecidos a los documentos secretos de los Siete Locos, la novela de Arlt. Los documentos de inteligencia firmados por el teniente coronel Gustavo Castro, son copias de papeles del Comando General de las Fuerza Armadas, donde él trabajaba, que evidentemente habían sido filtrados por alguien. En ellos hay una posición crítica contra Samper. Aun así nada del acervo secreto de la caja de Rommel tiene el más mínimo valor probatorio en términos de investigación. Es un embuchado de mala calidad, son referidos tangenciales que para nada contra argumentan la teoría del crimen de estado. Lo único que prueban es que siempre habrá conspiraciones y que suelen ser los conspiradores quienes mejor encarnan las responsabilidades golpistas pero al mismo tiempo los que indirectamente sirven para encubrir propósitos de Estado.

Según la teoría de Frechette, el crimen lo “cometieron derechistas y militares”. El hecho de que a ninguno de los dos, Gómez los hubiera siquiera escuchado, llevó a la secta a virar su objetivo conspirativo, de manera que agraviados y despechados, eliminaron a Gómez por haberse negado a participar en el golpe. Esa sí que es una teoría sólida, probada, según la cual Gómez fue ajusticiado por los Siete Locos. La oscura teoría de la venganza, es la prueba fehaciente de la que Semana se prende para hacer una triste parodia de la teoría de la venganza de un embajador norteamericano, al que los rumores vincularon el proyecto de golpe.  

La Fiscalía, la de Martínez, declaró que todas las investigaciones en más de veinte años no han sido más que “palos de ciego”, una conjura desviacionista que ha hecho todo lo posible para que ninguna investigación apuntase en el sentido correcto del caso, el del poder. El proyecto de Samper fue tan deliberadamente conspirativo como el de Uribe, el primero aliado con los narcos y el segundo aliado con el paramilitarismo. Lo que era necesario defender era la vía política que Samper había abierto exitosamente con la mafia. Una tarea de relevos de poder con nuevos actores, que había comenzado cuatro años antes del crimen de Gómez, con las presiones del cartel de Medellín a la Asamblea Constituyente. 

La no extradición de los narcotraficantes del cartel de Cali había sido una clausula pactada para la transferencia de los donativos para la campaña de Samper. Era más importante la no extradición, para ellos, que la participación efectiva en asuntos del estado. Fue la principal condición del apoyo, según lo contó Fernando Botero. Naturalmente un eventual recambio político en el gobierno no les convenía, en cambio a Samper sí le convenía que sus socios estuvieran dispuestos a resolverle los problemas de un eventual golpe político, en el que él mismo no creía. Toda la información de los servicios de inteligencia del estado, el antiguo DAS, la policía política, indicaba que si bien había una turbulencia política con el destape del negocio, no había evidencias de que Gómez, ni nadie, tuvieran las condiciones efectivas y reales de golpear de facto la institucionalidad. Ni siquiera los movimientos que el General Harold Bedoya, desde el Ministerio de la Defensa, desplegó para agudizar la crisis. La única trinchera, desde donde Gómez disparó fuego graneado y persistente contra Samper, fueron sus columnas editoriales de El Siglo.

Que los narcos del cartel del Norte del Valle creyeran que efectivamente se venía gestando un golpe, del que los servicios de seguridad del Estado habían estado dado cuenta, según se les informaba, era una forma de tenerlos controlados y en disposición cooperativa. El 27 junio de 1995 Samper negó la extradición de los Rodríguez Orejuela, hecha el 24 de junio por los Estados Unidos.

La teoría del crimen de estado, no está basada en el hecho de que Samper temiera y supiera de un presunto golpe; lo que de verdad quería evitar era que cualquier tipo de acción política conllevara recambios de Estado, que afectaran la vía de la sociedad con los narcos para gobernar. Algo que al mismo Frechette, le dio para referirse a Colombia, como una “narcorepública”.

Para la Fiscalía, es claro, que la operación material contra Gómez, fue dirigida por la antigua estrella de la Policía, Danilo Gonzáles, que terminó convertido en jefe de sicarios del cartel del Norte del Valle. De igual manera está establecido que Ignacio Londoño, sirvió de enlace entre el cartel y el gobierno, a través de su contacto con Horacio Serpa, que debió reconocer, haberse conocido y reunido con Londoño en varias ocasiones (con motivos tan baladíes, según él,  que bien hubieran podido no darse). Semana omite cualquier mención al hecho, para no empañar la pureza de su teoría de la venganza.   Londoño fue asesinado hace dos años mientras hacía campaña por la alcaldía de Cartago. Una continuación de la teoría de la venganza.

Hernando Gómez Bustamante, Rasguño, le dijo a la Fiscalía que con la muerte de Gómez, Samper podría terminar su gobierno, lo que efectivamente pasó, que ellos (los narcos) no se iban a preocupar por la extradición, con lo que todos habían quedado tranquilos, porque tampoco sucedió. Lo que según Semana, viene a ser el origen de la teoría del crimen de estado. La teoría de Semana es que la muerte de Gómez, fue una acción independiente de los narcos que nada tuvo que ver con Samper y que ellos llevaron a cabo, una vez Rommel Hurtado le hizo llegar una copia de “El manifiesto de los golpistas”, a Hernando Henao, el jefe del cartel del Norte. Lo que convierte al granuja de Rommel -un muerto- en el auténtico determinador del crimen. Admirable cómo Semana esclareció un crimen de lesa humanidad, más de veinte años de ocurridos los hechos, con la prueba reina, que nadie hasta entonces había encontrado: un manifiesto salido del caletre conspirador de una secta de locos delirantes.

Resulta periodísticamente ofensivo el ejercicio manipulador de los hechos, del proceso, de las declaraciones, que la revista Semana ha hecho del caso Gómez, en el intento de limpiar la imagen de Samper. Nada probó, no dijo nada nuevo, o quizás lo nuevo es que la revista haya resuelto a su manera, esclarecer un crimen por la vía de la ficción, que no le sirve más que a Samper.

Ni siquiera los narcos se tomaron en serio a Rommel Hurtado, no tenían que ser analistas políticos, para encontrar en los documentos golpistas, algo que mereciera su credibilidad. O al menos mucha menos, que la que le deparaban los emisarios y agentes del gobierno y las acciones decididas del gobierno contra la extradición.

Para lo que vino a servir la oscura e insignificnte figura de Rommel Hurtado, en manos de un órgano independiente y respetable de prensa que en todo su esfuerzo investigativo ni siquiera se tomó el trabajo de entender el sentido de la teoría del crimen de Estado.

No se trata de una investigación periodística que prenda la luz sobre el crimen de Gómez, sino "una" que se la quita a los hechos criminales que señalan en una sola dirección, la del Estado. Y que calza a la medida a la demanda de impunidad judicial del antiguo jefe de la pandilla, el que dio forma a la narcoconspiración contra el país, documentada en cada caso del proceso 8000. 

Dialectos de género

Dialectos de género

“Estimados colegas y colegos. Nuestra misión es cuidar del lenguaje. Las lingüistas y los lingüistos nos han explicado el riesgo general y generala, que tiene para nuestros niños y niñas, docentes y docentas,  el uso patriarcal de la lengua y el lenguo.  Un uso como el que ha desplegado el alcalde de Bogotá, cuando declara que solamente gobierna para los hombres”.

En el español, un recurso propio del idioma, es el de los sustantivos epicenos que designan en conjunto el masculino y el femenino. Pantera. A nadie se le ocurre que si alguien habla de “las panteras”, deliberadamente esté dejando por fuera a los machos, los panteros.  Si se habla de los personajes de una obra literaria, no se entiende como si la expresión no incluyera a las mujeres. No sería posible hablar de Ana Karenina, ni de Madam Bovary. La cría, no es una expresión que excluya a los descendientes machos o hembras. Cuando se dice “Bogotá, mejor para todos”, ni al lingüista más rupestre, ni al político más torpe, se le ocurriría pensar que en el siglo XX, un alcalde de una ciudad de ocho millones de habitantes, gobierne solo para los hombres. Ni a John Calzones, se le hubiera ocurrido.

Del juez administrativo que ordenó al alcalde cambiar el slogan para que sea más incluyenta, se podrían decir tres cosos. Que no se ha enterado de la existencia de los epicenos. Que se trata de un feministo radical. O, que es un simpatizante de Petro. (Radical y simpatizante, son epicenos).

Ignoro cuánto cueste cambiar el slogan en toda la papelería y publicidad del distrito.  Mucho más de lo que sería necesario para pagarle al juez un par de clases de español.

Señor juez administrativorevoque su decisión, primero, por los recursos (incluye dineros de todas las denominaciones) del distrito, que son de los bogotanos (dícese de toda persona nacida en la capital de Colombia), y segundo, para que no pase a la historia como un triste epiceno del lingüista Nicolás Maduro. Evite que en adelante los puestos callejeros de comida, tengan que anunciar: “perros calientes a 3000 y perras calientes a 5000”.        

 

ADN

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Ahora resulta que los institutos politológicos nos cuentan que hay por lo menos 65 candidatos a escaños al congreso, investigados y cuestionados. Qué modo de fracasar la troika que Fiscalía, Procuraduría y Contraloría, habían armado para cazar corruptos. Qué linda forma de fracasar el intento restaurador del partido Verde.  Si tenemos un cartel de la toga, cómo pensar que no tuviéramos un cartel electoral, que se recicla invariablemente. Si los 65 cuestionados llegaran al congreso, como hipótesis, el 35% de él habría quedado en manos de los herederos, de quienes hoy están en la cárcel, están huyendo, están imputados o cuestionados.

La corrupción en Colombia es hereditaria.

Los bandidos de Córdoba, los Gómez de la Guajira, los Aguilar de Santander, toda la gama de musas y ñoños del país, han señalado a sus sucesores en los cargos de elección popular. Hay una dinastía moderna de la corrupción estructural con historia, que se inició con el frente nacional. La corrupción es un mal histórico, como el partido liberal y el conservador.

Cuando en los años setenta la naciente industria del narcotráfico tuvo necesidad de palancas económicas y políticas, se introdujo al sistema un incentivo perverso a la industria de la corrupción, que hasta entonces se limitaban a robar al estado. Cincuenta años después nos encontramos con algo más que un programa cartelizado de robo por sector, desde los pañales hasta el congreso. Se trata de una conspiración que aun sin coordinación busca co-optar el Estado, al servicio de la corrupción. Lo que en términos prácticos significa quebrar al Estado. Basta mirar cuántos puntos del PIB se lleva la corrupción anualmente. Si corrompieron el sistema de alimentación escolar y le quitaron a los niños las proteínas y las calorías que el estado debe proporcionarles, sin ha hecho negocio con las empresas de salud, con los hospitales, las ambulancias, cómo no ir por todo, si es que la corrupción es hereditaria.  

Justicia corrupta, medios corruptos, congreso corrupto, partidos corruptos. ¿No es signo de una conspiración? Pero si todavía no creen, miren el caso del desmantelamiento de Bogotá, que como un plan de desarrollo, los hermanos Moreno, implementaron de manera consistente y metódica. “Robémonos a Bogotá” fue la consigna implícita. Tenían sede en Miami, edificio propio, avión privado para la junta directiva, tenían agentes en cada uno de los sectores del distrito: salud, educación, planeación, obas públicas, plan vial, servicios públicos, consejo municipal. Tenían una red bancaria para blanqueado. Miren cuánto le costó a Bogotá, la arremetida.  Algo más, mirten la estructura internacional de corrupción que Odebrecht alcanzó a desarrollar como una división corporativa. Una conspiración internacional que llevó a la cárcel a expresidentes y que agitó el cotarro en todos los países de América Latina.     

Un señor Vélez que es el director de Cambio Radical, dijo en una entrevista a la W, que si los miembros de las Farc podían incluir en sus listas a criminales…no alcanzó a sacar la conclusión obvia, que muchos oyentes adivinamos: ¿por qué nosotros no? Y agregó, que había consultado con los abogados de los nominados a listas para congreso, y ellos habían dicho que no existían impedimentos legales.

La pelea contra la corrupción está perdida. No hay contraparte, no hay con quién.