La balada judicial de Pedrito Aguilar
Pedrito Aguilar es, o era, un líder sindical de los transportadores de Colombia, fue quien movió la revuelta camionera de 2016. Y como buen líder, un corrupto. A cabrón el Pedrito, le vendió 12000 camiones al Estado, que le pagó para sacarlos de circulación, chatarrizalos, fue la orden que le dieron. Pero Pedrito no cumplió y dejó que sus dueños siguieran moviéndolos, a cambio de un seguro que todos le pagaban, para que nos los chatarrizara. Y al Estado le esquilmó medio billón de pesos en la venta. Es mi Pedrito. Lo agarraron al pobre, lo sacaron de circulación y lo chatarrizaron. Fue lo que pasó
El día de la última audiencia, Pedrito se presenta con su abogada, la doctora Milena Zárate. Preside la juez 77. Se instala el miércoles a las 4:53. El fiscal delegado es José Edilberto Parada. La abogada va directo al asunto, solicita al juzgado la libertad para Pedrito por vencimiento de términos. La Fiscalía está de acuerdo. Pedrito sale y va a meterse a un apartamento ambientado al sur de Cali.
Dos semanas después recapturan a Pedrito y capturan al Fiscal Delegado. Ambos fueron detenidos sin poner resistencia, sin complicación, se entregaron. Parada resultó ser un fiscal de utilería, mal actor, nervioso, azarado, tuvo lapsus notorios en dos ocasiones, que pasaron desapercibidos para la Juez 77. Un desempleado de barrio al que le pagaron dos millones, por el papel de su vida.
Y más tarde, le echaron mano a la Zárate. Le sacaron el tele, le miraron las llamadas, y encontraron las que se habían hecho con Parada. Ahora los tres están en la cárcel, esperando una sentencia. .
A Pedrito recién lo capturaron cuando la Fiscalía y el juzgado se enteraron que Parada no es Fiscal. Una acción coordinada, rápida y contundente, les permitió enterarse por los videos de la audiencia. Entonces se tendió un operativo para atrapar a un capo de los desempleados que se hace pasar por un actor que representa a un Fiscal que va a dejar que la Zárate saque a Pedrito, por dos miserables millones.
De manera completamente prevista y planeada, alguien en el poder judicial, las Judicaturas, ordenaron a los juzgados que verifiquen que los fiscales son los fiscales. Aunque en un país como Colombia, semejante exigencia no tendría sentido. ¿A quién se le ocurriría? Y además, se le pide a las partes informar a las contrapartes, cuando se curse una solicitud.
La audiencia fue pedida por la defensa. Pero ni el Juzgado ni la Fiscalía se dieron oficialmente por notificadas. Pedrito Aguilar, puso su abogado, pidió la audiencia y puso su fiscal. No le faltó sino haber puesto a la jueza. Ese es mi Pedrito.
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