Los recomendados
Recomendar libros es un arte ambiguo. Nunca se sabe, salvo que el lector sea completamente predecible, lo que casi nunca ocurre. Por ejemplo, me pareció recomendable Rayuela, para un grupo de muchachos. Mi novela de iniciación, la de los veinte años, la que me hizo viajar de París a Buenos Aires – ida y vuelta, ida y vuelta - en un metro transoceánico en el que se escucha jazz. La magia de las palabras, el juego azaroso de las circunstancias, el ordenado desorden de Cortazar, la ficción concéntrica, la jugarreta capitular. Un universo completo rellenado con una constelación de detalles que me causaban asombro, risa. Que no me dejaba parar de leer. Que durante mucho tiempo me obligó en lo que escribía a reproducir los gestos y aires de la novela. La mayoría dijo no haber pasado de la página veinte. La minoría dijo no haber entendido. Y los menos se dejaron envolver por un aire extraño que los dejó con la magia y sin palabras.
Recomendé a un grupo de adultos mayores, El retrato del artista adolescente, publicada en medio de la primera guerra. Una semibiografía de Joyce. Una novela de aprendizaje en la que pone en escena una forma de escribir que anuncia la epifanía de su estilo. La reconstrucción de sí mismo a través de un adolescente. La magia del estilo, el ordenado desorden de Joyce, el juego de tiempo y de voces. La reconstrucción de un hombre que enseña a otros hombres de cómo la vida es un sencillo laberinto, formado por lo que se vivió, lo que se recuerda que se vivió, y lo que no se vivió. La mayoría dijo no haber pasado de la página veinte. La minoría dijo no haber entendido. Y los menos se dejaron embelesar, fueron capaces de nadar en las aguas revueltas del laberinto novelesco.
Recomendé a personas de diferente edad, el libro de Luis Sepúlveda, Un viejo que leía novelas de amor. Un enmaniguamiento de escritor en el territorio de los jíbaros, su acercamiento al alma de la tribu, un libro de la selva, con humor, con aventura, con tigres, gringos y funcionarios. Una novela de la humanidad de la selva, de la animalidad herida. Repleta de motivos, desbordante de frescura, de prosa cristalina, de diálogos punzantes, de valeros intriga, de personajes inolvidables. La novela de un chileno en el exilio, tras haber escapado de las garras de Pinochet. Todos, absolutamente todos la leyeron, la degustaron, la comentaron, la reconocieron.
Recomendar libros es un arte ambiguo.
0 comentarios