Las dos Compañías de Jesús
Miembro de la Compañía de Jesús, el Padre Antonio Ramírez Jiménez, de 58 años, fue denunciado a la Fiscalía por los padres de unas niñas, y una nieta, por hacerles fotografías “obscenas” en el Unicentro de Cali. El sábado a las dos y treinta de la tarde, el centro abarrotado, las mesas llenas, las católicas familias de paseo sabatino.
El jesuita, profesor de la Universidad Javeriana de Cali, no se sabe si de fotografía o de axiología, armado con una cámara digital de profesional, al otro lado de la plazoleta, y con el zoom erguido, encuadra los dulces y tibios genitales de las niñas, que se le ofrecen sentaditas, patiabiertas y sin bragas.
Los padres de las niñas, probablemente aficionados a la fotografía, se percataron a tiempo del trabajo del jesuita, pero no de que todas sus niñas estaban tan bien sentadas y sin bragas. Entonces corrieron donde el fotógrafo y le suplicaron que les compartiera las fotos. Como se negó - por razones profesionales - llamaron a la policía. La policía revisó la cámara. ¿Y que creen que encontró? Pues todo los coños de las niñas Sánchez Barona, que habían posado para el Padre Antonio.
En vista de que las fotografías no son gran cosa, al Padre no se le acusó de pornografía, lo que hubiera dado lugar a detención. En sus descargos dijo que las fotos las utilizaba para su propia satisfacción sexual – a la que tiene derecho como toda criatura del Señor – y para una revista cultural. Se le acusó de un delito más noble, por cierto, injuria por vía de hecho (artículo 266 del CP), es decir, por hacer fotografías digitales a los coños en la calle. Vamos, debería haberlas injuriado por la vía del derecho, para que todo fuera dentro de la ley.
Hay una Compañía de Jesús, la de Jesús Moreno, para ser exactos, una web española que ofrece la dulce compañía de chicas complacientes en Madrid. Tal vez el Padre Antonio, por cuadrarse un ingresito extra, trabaje free lance para las dos compañías. En una en las cosas del arte, y en la otra, en las de la fe.
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