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Alberto Rodríguez

Amlo y el perdón

Amlo tuvo una idea que lo puso bajo el reflector mundial, cuando en una carta dirigida al papa y al Rey Felipe VI, los instó a pedir perdón a los mexicanos por la conquista. Habrías podido pedirlo para los latinoamericanos, y habría parecido con efceto continental y tercermundista.

  Coincido con Amlo, así hayan pasado quinientos años, hay que pedir perdón, no dizque el perdón sana, pero siempre hay que ser más incluyentes. Quinientos años no son nada, la prueba es que todavía estamos resentidos después de cien generaciones. Si es hora del perdón, que sea general, no solo Felipe VI –el Pequeño- y Pachito el Che, por lo de Felipe II y por lo de la inquisición. Los españoles les deben exigir el perdón a los moros por lo de los siete siglos, los árabes a los ingleses por lo de Palestina, tanto como los surafricanos y los hindúes. Que China le reclame el perdón a los japoneses por haberla invadido. Que Portugal le pida perdón al Brasil, que los españoles vuelvan a pedirle perdón a Cuba y Filipinas. Que los romanos le pidan perdón a toda Europa. Que Italia le pida perdón a Etiopía. Que los rusos pidan perdón a Chechenia y Afganistan. Que los gringos le pidan perdón a Vietnam, Afganistan e Irak. Que los japoneses pidan perdón a los norteamericanos por lo de Pearl Harbor. Que los alemanes le pidan perdón al mundo. Y los gringos por lo de Hiroshima. Y que los chinos le pidan perdón a los tibetanos.

       Se podría organizar un día universal del perdón en el que en las Naciones Unidas, todos los países implicados pidieran sus perdones, a las víctimas de la historia, hasta que al final de la jornada, el mundo quedara debidamente perdonado.   

       Estoy seguro que si nos perdonamos, vamos a tener un mundo más impune. No importa la canallada, somos capaces de perdonarlo todo, somos nobles. Quitemos el espejo retrovisor de la historia y perdonemos, como los católicos se lo perdonan todo entre sí.

Pido perdón por esta columna.         

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