Tres explicaciones
Cómo se puede entender la renuncia del Fiscal general, Néstor Humberto Martínez, el hijo del mestro Salustiano. Se me ocurren tres formas.
Hace parte de una conspiración de los “enemigos del proceso”, comenzando por el Muñeco, contra la JEP. En simultánea a la renuncia, Monseñor Uribe lee una declaración ante la prensa, dice que en La Habana se firmó un pacto entre el gobierno Santos y el narcotráfico. El bachiller Macías sale a la plaza de Bolívar a decir: golpe de estado, golpe de estado. Y Edward Rodríguez responde: constituyente, constituyente. El Fiscal en su declaración lo que dice es que la JEP se entregó al narcotráfico, que desconoce el pedido de USA, echa abajo la extradición, favorece a los narcos de las Farc. Carece de independencia y fue cooptada. Mejor dicho, apague y vámonos.
La otra forma, sería una “retirada táctica” del fiscal de Odebrecht y de Hyundai. Los procesos contra Martínez avanzan en la Corte Suprema, la semana entrante comparece. Podría parecer más digno que sea él quien deje el cargo, a que la Corte le pide que se retire. Es tan defectuosa como la primera forma. El Doctor Arsénico sale del ring. Alguien le trae un vaso con glifosato muy frio que bebe con gusto. Y eludiría su responsabilidad en la investigación y esclarecimiento del genocidio de líderes sociales y políticos en el gobierno del Muñeco.
Y la última, Martínez fracasó recomendando al Muñeco las objeciones, su candidato Vargas que se quemó en las elecciones y los ventarrones del cartel de la toga que podría despeinarlo, siente que se está quedando sin apoyo político suficiente, entonces "se suicida" en mitad de la velada para salpicar a los contertulios, con la esperanza de que su renuncia va a causar un impacto tal, que lo suyo parezca una modesta investigación, de la que sin duda saldrá bien librado.
En cualquier caso, bien ido, cuando un fiscal está con la mierda al cuello, es mejor que no termine el periodo. Que se dedique a defenderse, o que huya.
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