¿Quién tiene a los chinos?
Un avión de Malaysia Airlines, vuelo MH370, sale de Kuala Lumpur con destino a Pekín. Mal destino, sin duda. Un vuelo calculado de siete horas. Desaparece de los radares tras cuatro horas de vuelo. Datos recibidos de un radar militar prueban que el MH370 giró, saliéndose de ruta, al noroeste, cruzó la Península de Malaca y se internó en el Estrecho de Malaca. Vuela en dirección oeste cuatro horas. Un satélite chino lo detecta temporalmente en dos ocasiones y luego desaparece definitivamente. Viajan 239 personas: 227 pasajeros, 154 chinos, siete menores, y una tripulación de doce malasios. He ahí una propuesta de diseño narrativo para una crónica, con un material completamente vivo, palpitante.
Se sabe que el avión fue desviado de "forma deliberada", en consecuencia se "replanteará el despliegue de todos los activos" de búsqueda. Alguien desconectó el sistema de comunicación del aparato y pudo haber conducido el avión a Kazajistán. Los celulares de los pasajeros siguen sonando, no están bajo el agua. Seguramente se recogieron por seguridad. Más de una docena de países lo siguen buscando.
Tras la pregunta obvia: ¿En manos de quién está el avión? Viene una más específica: ¿Qué es lo que más importa los pasajeros o el avión? El vacio de tiempo y espacio en el que ha caído el MH370 es "un suceso causado por el hombre", que ha hecho desaparecer el avión de los radares, de la telefonía y de los satélites. Y una pregunta aún más particular ¿Quién tiene a los chinos? Porque, sea un acto terrorista o un error de pilotaje, el hecho de que la mayoría de los pasajeros sean chinos, tiene une inmediata consecuencia, que el gobierno chino intervenga. ¿Y quién va a querer a los chinos de enemigos?
En el dominio de la especulación, las preguntas se formulan en torno a quién está detrás del incidente. Y las respuestas están en una escala de probabilidades, que va desde Alqaeda, hasta un agujero negro en la cuenca del Himalaya, como los que hay en el triángulo de las Bermudas.
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