Preferible verdes que desteñidos
En Peñalosa no se sabe qué es mejor, si que sea un mal político, o que no lo sea. Aunque con los buenos y malos políticos, siempre corremos riesgos. Incluso los que votamos por ellos. Ninguno de los dos nos representa, apenas se auto-representan. Tal es el signo de la democracia colombiana, de la que más vale no sentirse orgulloso. La misma democracia que decapitó políticamente a Petro. Y la misma, que ha hecho de Peñalosa un fenómeno de centro, útil para golpear el uribismo, desde un flanco y con fortaleza electoral, y al gobierno de la incontinencia de mermelada, que hoy tiene en sus huestes senatoriales, a los mismos filoparapolíticos que tuvo Uribe en su dos cuatrenios.
Con la validación – aun “haciendo lo que tenía que hacer” – del fallo destitutorio de la Procuraduría contra Petro, Santos pierde votos en Bogotá, se granjea enemistades, desgasta su figura de demócrata, se muestra prisionero de los poderes. Es quien finalmente corta la cabeza del alcalde. Y Petro, al perder la cabeza, posiblemente gane votos, opinión, pero a quién dárselos. ¿Al Polo de donde salió, por la alcahuetería para con los Moreno, que desde antes de asumir el cargo ya tenían planeado cómo robarse a Bogotá? No queda sino Peñalosa. De hecho los Progres, que habían estado tan reactivos a él, después de la destitución en firme, corrieron a donde los Verdes, porque además por no ser aquellos un partido - ¿alguien sabe qué son? – no pueden presentar terna, así que fueron donde los Verdes.
Hoy el Consejo Electoral se pronunció sobre la legalidad: si los Verdes son quienes presentan la terna, todos los integrantes de ella deben ser Verdes. Con lo que Jaramillo se queda por fuera. Podrían pensar en Camilo Romero, el segundo en votación de la consulta abierta, joven, limpio, exideólogo de Tiene Huevo, movimiento que lideró a principios de siglo.
Bogotá es hoy el gran botín. Vale la pena volvérsela a robar. ¿Qué estará pensando Vargas Lleras – “el jefe político del cartel de los contratistas” - según Petro? Todos quieren a Bogotá. Santos puso a Pardo y en el primer fin de semana le dio un billón de pesos. Quiere que Pardo se quede, y la única forma de prolongar su estadía en el palacio Líevano – al menos durante la campaña electoral -, es que la terna se enrede. Petro le iba a hacer el gran favor a Santos, de no presentar terna, más por resentido que por político. Cuando se dieron cuenta de la estupidez, acordaron una, que fue la que los Verdes presentaron.
Se aproxima todo el programa de contratación para el metro de Bogotá. Se va a mover, mucho, pero mucho billete. La contratación de las basuras. Las contrataciones para hacer casas gratis. Pardo siendo alcalde encargado puede presentarse como candidato a la alcaldía en las elecciones de junio. Haría campaña desde la alcaldía, con recursos de la nación, con el apoyo de la Presidencia, para quedarse hasta terminar el periodo original. A Santos solo le sirve Pardo en la la alcaldía de Bogotá. Asegura el respaldo del liberalismo y da base política a la carrera de Pardo, que para el 2018 tendría los suficientes años para aspirar con más peso. El primer signo de las intenciones santistas, lo dará el tratamiento que le dé a la terna de los Verdes.
Con lo que Peñalosa jalone electoralmente su partido, jalonará también el voto y la opinión, por el candidato Verde a la Alcaldía de Bogotá. Con una sola campaña se mueve la elección a los dos primeros cargos de la nación. ¿Pero quién demonios sería el candidato Verde a la alcaldía?
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