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Alberto Rodríguez

La virgen sus cabellos arranca en agonía

La virgen sus cabellos arranca en agonía

Los desocupados redactores del periódico inglés Telegraph se dieron a la tediosa tarea de examinar las letras de los himnos nacionales de todo el mundo para establecer el top de las diez más espantosas. Las letras de todos los himnos, valga decirlo, son cantos de guerra, de muerte, de alzamiento, de depredación, de conquista. Valores salvajes debidamente matizadas con metáforas contratadas de libertad y gloria. Hemos seleccionado una estrofa de algunos de los diez himnos escogidos:

Orientales, la Patria o la tumba
Libertad, o con gloria morir
Orientales, la Patria o la tumba
Libertad, o con gloria morir 

Uruguay: ya sabemos de dónde salió la consigna cubana, la de los extraditables y la de los elenos. Cantos que han dejado regueros de muertos. Es un estribillo necrófilo. Y la libertad de la que habla nunca llegó.

¡Viva España! Alzad los brazos, hijos
del pueblo español, que vuelve a resurgir.
¡Gloria a la Patria que supo seguir
sobre el azul del mar, el caminar del Sol! 

 España: en principio da la impresión de un asalto. La estrofa no tiene nada que envidiar al himno falangista - De cara al sol -, escrito por una “escuadra de poetas”, que como los que escribieron el himno, lo matizaron con espadas y fe.

Oh compañía de al-Báth, orgullo de los leones, 
el pináculo del orgullo y de la gloria heredada, 
avance, trayendo terror, a una victoria cierta 
y resucita la época de al-Rashid en nuestra tierra!

Irak: una estrofa consagratoria de depredadores, carnívoros que heredan la gloria. Un canto victorioso que en nada desentona con el estado permanente de guerra que se le ha impuesto a Irak. Terror a una victoria incierta.

La virgen sus cabellos arranca en agonía

Y de su amor viuda los cuelga del ciprés

Lamenta su esperanza que cubre loza fría

Pero glorioso orgullo circunda su alba tez

Colombia: una virgen, literalmente histérica que a causa de un amor perdido, se arranca a manotadas las mechas para ir a colgarlas sobre el árbol más triste de todos. No se puede uno imaginar de dónde saca tanto orgullo la calva y pálida energúmena.  

Juramos por el rayo que destruye,
Por los arroyos de generosa sangre derramada,
Por las brillantes banderas que ondean,
volar con orgullo en la alta montaña,

Argelia: le habría ido bien al himno de la Libia de Gadafi. Rayos que destruyen y que dejan arroyos de sangre. En medio de semejante espectáculo de barbarie, es apenas natural que cualquiera se quiera volar.  

Al tiempo que respeta nuestras madres y el respeto

La crema de la crema de nuestra nación en ascenso

Damos la bienvenida a todos los malhadada y golpeado por la ruina...Nuestra patria, la estepa, una cuna sagrada

Kazajastan: debe ser un país donde hay muchas madres y vacas que levitan. Podría ser una estrofa que bien le caería al himno de la India, aunque aquí – al menos lo reconoce – todos han sido favorecidos por la ruina.

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