Polo a tierra
El candidato del Polo a la alcaldía de Bogotá era Petro. Nadie en el Polo se quiere hacer cargo del desplome, de los 32.000 votos – un nivel de votación de la izquierda de los años setenta – que le pusieron al pobre Aurelio. Un hombre bueno, cuyo encanto no sobrepasa el de un manual.
Con Dussán a la cabeza hoy tienen la mierda al cuello. Cometieron todas las equivocaciones de la izquierda, el liberalismo y el oportunismo juntos. Su cobardía innombrable frente al juicio de responsabilidad al clan Moreno, les pasó cuenta de cobro. Todavía no hace mucho llamaban a su militancia a salir a defender a Moreno, ya cuando Petro había tenido que irse, tras encontrarse en medio de una secta de miopes y sectarios jugando al espíritu de cuerpo. Esperaron a que Moreno estuviera en la cárcel para quitarle el apoyo y echarlo del Polo.
Ni siquiera quienes votaron por los concejales del Polo votaron por Aurelio. Después de que Moreno puso un millón de votos y papá Noel, casi tres millones, en las presidenciales del 2002. Ojalá el voto de castigo que debería llevar al borrón político, fuera presagio de cuenta nueva. Hoy Iván Cepeda se ha dirigido al Comité Ejecutivo del Polo, para solicitar dos cosas. La convocatoria extraordinaria de un Congreso del Partido y la renuncia de Dussán. Como si algo les faltara se aproxima una división interna que va dejar al Polo, como algo menos que una “asociación rural”, como dijo Pastrana del Partido Conservador. El senador Robledo con sus fieles del Moir, tendrá que cargar con ese muerto y volver a lo que eran hace treinta años.
Dussán, el samperista enquistado, intermediario activo del ingreso de los Moreno al Polo, fue capaz de decir al otro día de elecciones que al Polo le fue muy bien en las elecciones, porque fueron los votos del Polo los que eligieron los ocho concejales de Petro, más cuatro de ellos, les da un resultado de doce. Qué curioso que dos meses después de que el Comité Ejecutivo, tachara a Petro de traidor, de derechista y francotirador de la administración Moreno, hoy resulte acreditando el triunfo de Petro al Polo.
También hoy, Clara López ha anunciado que su administración pondrá en vigencia la dosis mínima vital de agua para los estratos uno, dos y tres, anticipándose a la oferta de campaña de Petro. Le tiende la mano, para probar – en contra de lo que decía Peñalosa y Gina - que si se puede, y toma distancia de las ratas enquistadas en la dirección del Polo, que dieron al traste con el experimento político más importante de la historia de la izquierda en Colombia.
Una política del amor, tal como Petro la propuso, ha resultado políticamente más exitosa, que si la hubiera propuesto Antanas o Gina, a quienes les habría sonado bien.
0 comentarios