Ama el sexo ¿y qué?
Carmen Llera, viuda del escritor italiano Alberto Moravia, dijo hoy en Roma, que Dominique Strauss-Kahn es víctima de "un cierto puritanismo americano, antieuropeo y antifrancés". "No es un hombre cruel, primitivo o sádico, la violencia no forma parte de su cultura, ama el sexo, (¿y qué?). No me parece un delito, a veces los cuerpos expresan más que las palabras... pero no deseo hacer literatura en un momento casi trágico". Su declaración está contenida en una carta abierta publicada este viernes por el diario Il Corriere della Sera.
Lo que ha sucedido con Strauss Kahn es lamentable. Creo que nunca una simple felación había provocado una crisis de dirección en el FMI. Lo que nunca lograron los países no alineados, los más endeudados, lo ha logrado una camarera africana, que declaró, que Strauss Kahn la persiguió por el piso del Hotel Sofitel - donde pagaba tres mil dólares la noche - y cuando le dio alcance, la obligó a una felación, que ella le proporcionó hasta que el Director del FMI se vino.
La viuda del célebre Moravia dice que no está enterada exactamente de lo que pasó en la suite del Sofitel, pero reclama la presunción de inocencia, que ante una corte en New York, bien podría reducirse a ser un chiste cruel. Ella no descarta que haya sido una relación consentida. Su carta busca desmentir los rumores que relacionan al "hombre cruel y apasionado", protagonista de su última novela, que se llama Gaston Strauss-Khan, con el ex director del FMI.
Publicada en el 2005, la obra, alterna versos en italiano y en francés, describe un amor apasionado e imposible, entre un hombre casado y una mujer que le dice a él: "Eres la única causa de mi sufrimiento. Y sólo tú tienes el poder de consolarme". "Es un error usar mi libro, pura ficción literaria, para ilustrar un hecho real. ’Gaston’ no tiene nada que ver con Dominique Strauss Kahn, a quien conozco y frecuento desde hace años. No he sido nunca su víctima como alguno ha escrito", recalcó la viuda. “No quisiera que él deba pagar por la fallida extradición de Roman Polanski y por sucios juegos de poder político y económico. Deseo sólo que pueda demostrar pronto su inocencia y volver a ser el hombre libre y sonriente que he visto hace unos días”.
Y como la vida se empeña en darnos más contrastes que la ficción, Strauss Kahn, un viejo de 62 años, de apariencia cansada, doblegado por el insomnio y las circunstancias, debió consignarle a la Corte un millón de dólares y dejar otros cinco como garantía, para ser liberado, a condición de portar un brazalete electrónico las 24 horas, entregar todos sus documentos y permanecer bajo arresto domiciliario. El brazalete, se lo han debido poner antes de que saliera de Francia. La mujer y/o el FMI
La felación de la linda kenyana, voluntaria o involuntaria, ha tenido la potencia política más insospechada, al punto que sacudió al Partido Socialista francés, que tenía a Strauss Kahn como candidato a las presidenciales francesas del 2012. La keniana, que hoy es guineana, y que ha recibido tan poca portada, declaró ante la Corte que antes de la felación fue sodomizada sin condón. Y para que la novela tenga un poco más de tensión, la linda guineana vive en un conjunto residencial para gente infectada con sida.
Hoy Strauss Kahn se está arriesgando a una condena de hasta 74 años. La devastadora sodomización/felación ya ha tenido un costo muy alto en lo personal - sea o no encontrado culpable -, en lo internacional, al haber desatado una lucha de poder en el seno del FMI en el peor momento y ha terminado en carambola política contra las pretensiones de los socialistas franceses. Algo así como si un tsu nami africano hubiera pasado por Paris, y llegado a Nueva York, hasta la cama de DSK en el hotel Sofitel.
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