El socialismo de segunda en América Latina
Nada como el socialismo ha sido tan manoseado impúdicamente por politicastros liberales de cualquier laya, socialdemócratas pálidos, y dictadorzuelos de estirpe militar que han hecho campaña a su nombre, para ocultar propósitos hegemónicos. La mueca socialista, que todavía merece credibilidad en algunos sectores, huele mal. Los lugares comunes que inflaman sus consignas, apenas tapan los negocios sucios del populismo de tierra caliente, que compra pobres, para sostenerse contra los ricos.
Al socialismo de segunda se les ven los remiendos desde lejos. Jugando a ser transparente resultó expandiendo su vocación corrupta a todos los intersticios del poder, Chávez, Ortega, los Castro y la Señora K. Jugando a ser productivos, sus políticas económicas hacen aguas, por desconocimiento de la economía, por un gasto demagógico de recursos, por falta de visión, Chávez, Evo, Correa, los Castro, la Señora K y claro Zapatero. Jugando a ser populares han resultado ser los más elitistas, la mayor parte de todos sus esfuerzos legales e ilegales, se han ido en fortalecer círculos de poder, directamente proporcionales a su vulnerabilidad. Chávez, los Castro, Ortega. Jugando a ser pacíficos han emprendido un escalamiento presupuestal incomprensible para financiar la armada agresiva de sus fuerzas. Chávez y Evo.
Chávez y Evo han tomado medidas económicas desesperadas con las que intentaron ponerle un tanque de oxigeno a sus economías, que arrasaron con la benevolencia populista del régimen. Medidas que parecen dictadas por el Fondo Monetario Internacional. Desmontaron subsidios, incrementaron precios y asaltaron el bolsillo de los ciudadanos.
Evo, a la manera de las democracias solapadas, el 26 de diciembre por decreto aumentó en un 57% el precio de la gasolina y en un 83% el del diesel. Con lo que desató un levantamiento auténtico, que lo obligó a echar para atrás las medidas, a pesar de haber hecho una oferta demagógica de elevación de salarios al 20%. El gasolinazo le quitó autoridad, mostró la debilidad y el sentido completamente errático de su gobernabilidad.
Chávez llevó el dólar preferencial de 2.60 a 4.30 bolívares, buscando la devaluación, autorizó alzas del 65% en los medicamentos y los productos de la canasta familiar y amenazó con elevar el IVA. La reacción fue masiva y radical. El martes de la semana pasada se vio obligado a derogar los decretos. En la Argentina, el pésimo manejo de las empresas públicas, hizo que los argentinos recibieran el nuevo año entre apagones continuos y desabastecimiento de combustibles. En el Ecuador la pobreza ha aumentado respecto a la tasa con que entregó el gobierno anterior.
Todos los socialistas de segunda, que nunca supieron qué era el socialismo, o que supieron pero prefirieron quedarse apenas con el nombre, han logrado mantener su proyecto, a punta de una mezcla de alto octanaje de autoritarismo y populismo.
Los primeros días del 2011 han mostrado la debilidad de la coartada socialista, de los gobiernos “radicales” y “revolucionarios” de América latina, que en los hechos no han tenido más alternativa, para hacer frente a la crisis desatada por las medidas, que mostrase como lo que son, simples mamarrachos neoliberales.
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