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Alberto Rodríguez

Los Medios justifican el fin

Los Medios justifican el fin

La ética  periodística y la Gurisatti son un buen tema de sobremesa. Jorge Enrique Botero fue garante de la comisión de “Colombianos por la paz”, es decir autorizado  por Monseñor para recibir a los secuestrados de las FARC. La Gurisatti es una mujercita fina y extraseca como la Club Colombia. Fue una Miss. Ex reinita que pasó a reina de la Noche, en RCN, donde ha ido escalando, como ciclista boyacense en los Pirineos.

 

Botero quiso cumplir su papel de garante, pero sin prescindir de su condición de periodista – especialista en las FARC – al que no podía dejar encerrado en el apartamento en Bogotá, mientras el garante iba a cumplir una función humanitaria. Solicitó permiso para llevar su cámara y se la concedieron. ¿Si la Gurisatti hubiera sido Botero no habría hecho lo mismo?  ¿O será más parecida a Daniel Samper, que tiene que escribir su crónica cuando Monseñor le ha retirado la autorización como garante?  Manes de la lengua escrita que no permite captar en vivo el momento en que los aviones de Monseñor zumban en círculo, como chulos hambreados, sobre el lugar de la entrega.

 

Lo que hizo Botero fue lo que tenía que hacer cualquier periodista, captar un hecho  que puso en peligro la operación humanitaria, para darlo a conocer al mundo. Si se hubiera comunicado con la Gurisatti en RCN, o con Jorge Alfredo Vargas en Caracol, no habría podido informar en directo. Así “que de repente vi un teléfono satelital”, y llamó a Telesur, donde ya no trabaja, aunque sigue sintiendo que es su casa. Informó al mundo que Monseñor Uribe estaba incumpliendo el pacto con el CICR, garante de primera instancia. No me resulta claro, si el teléfono satelital, que se le atravesó a Botero,  era el del CICR o el de los militares brasileños. Hasta donde sé Piedad no llevaba uno.

Botero fue iracundamente calificado por Monseñor como “terrorista” de medios, por el hecho simple y necesario - algún periodista debería hacerlo - de haber denunciado el juego sucio de Monseñor. Que Botero no cumplió el papel de garante es la cabeza de proceso. Pero si miran bien, la transmisión telefónica de Botero fue una garantía informativa para que Monseñor, una vez el representante de la CICR se comunicó con el Santico, se viera obligado a dar la orden de suspender el hostigamiento aéreo. Sin la transmisión de Botero, el rescate se habría empantanado y todo habría terminado en una guerra de versiones, y los soldados amarrados a un árbol.

 

La Gurisatti dijo que Botero no había pensado en los secuestrados a la hora de actuar como periodista. “A la niña arrogante e ignorante que dirige la Noche de RCN, le quiero decir que se oía como el diablo haciendo hostias, cuando me acusó de buscar protagonismo. Ella, quien ha hecho de todo, y subrayo “de todo”, con tal de alcanzar el estrellato” le responde Botero.

 

Así que al final de la sobremesa imaginamos a la Gurisatti haciendo de todo: hostias, sudando durante el ascenso, padeciendo largas temporadas en Nueva York, haciendo de diabla, formulando preguntas más largas que las respuestas, hasta editorializando. ¿Cómo le quedarán las hostias a Claudia? ¿Qué tan buen catre será esa diabla?  

 

 

4 comentarios

Hugo Fernando -

Siempre me pregunté, porqué esta monita insípida, que siempre preguntaba haciendo ñam, ñam, ñam -parecía que le estaban diciendo la pregunta-, había llegado tan alto, por encima de Vicky Dávila -qiuen vocaliza mejor y es mas ágil mentalmente.
Debe ser realmente buuuuuuen catre. No me parece bonita, aunque aguanta.

rene -

y eso que no han visto las fotos que me enviaron al correo.. uff eso si es degenerado.. a donde esta la etica.. claro no tengo nada que decir de ella por q personalmente no la conozco

Jacx -

¿¿¡¡¡esta si es La guri guri?!
Sino, se le parece mucho.
"Cómo le quedarán las hostias a Claudia? ¿Qué tan buen catre será esa diabla? " jaja!
Yo creoq ue si habla como una metralleta, así mismo debe ser para el catre.. una precoz...

Ana Maria Gomez -

El comentario está bien. Sobra la última parte: lo del catre, le da un sentido bien desagradable. Hay que medirse con la palabra, Alberto. Tener cuidado. Se hace algo mesurado o se hace una afirmación grosera.