Usted no sabe quién soy yo
Un país diverso. Nos atraen las noticias que vienen de La Habana o de Madrid, la baja de los precios del petróleo, la escalada del precio del dólar, el debate electoral en torno a la alcaldía de Bogotá, la suerte del pueblo venezolano, pero también nos atrae la estulticia. El ridículo escándalo que causa el que alguien en estado de alicoramiento sea capaz de decir que es miembro de la CIA y sobrino del Ex Gaviria.
Yo propondría que cuando en un caso de policía el incriminado responda “usted no sabe quién soy yo”, o “usted no sabe con quién se está metiendo”, automáticamente quede detenido por disposición legal. Una ley contra el uso indebido de los apellidos.
Si le creo a Gaviria, ningún imbécil como Nicolás, sería de su familia, dicho enfáticamente con un No en mayúscula. Aunque no estoy seguro que no pudiera haber imbéciles semejantes en la familia del Ex.
La policía se está dejando manosear, por miedo a los duros, a los senadores, los políticos, los magistrados. En un país en el que la policía renuncia a ejercer la autoridad, escándalos como los del “agente de la CIA” no le sirven más que a los canales comerciales de noticias. La historia de un gomelo borracho que mete miedo diciendo que es pariente de Gaviria. Razón suficiente para que lo detuvieran.
Solo agredir a un policía de palabra debería dar arresto inconmutable de 48 horas. De ahí en adelante cualquier maniobra debe causar arresto inmediato. Pero una policía intimidada por los apellidos, y no sin razón, es la imagen representativa de un país de apellidos, pocos, pero poderosos.
A Nicolás hay que decirle que la próxima vez que quiera escándalo, diga:“usted si sabe quién soy yo”. Colombia entera lo sabe.
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