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Alberto Rodríguez

¡“Es la economía, imbéciles”!

¡“Es la economía, imbéciles”!

La política económica venezolana de la era chavista estaba basada en los 102 dólares que entraban por cada barril de petróleo, y en un proyecto político sostenible de nación, basado en el apoyo popular. Hoy el barril de petróleo cerró a 48.69 y la segunda generación del régimen chavista está minada por dentro y por fuera, en Miraflores y en la OPEP, en Cuba y en China, por la oposición mayoritaria y desorganizada y por una imagen negativa real, a la que los medios de comunicación internacional le dieron brillo y definición. Pero no es lo más grave. Para mí, lo más grave es que se cerró en Venezuela por mucho tiempo, un proyecto social progresivo, democrático, capaz de entender y ejecutar las tareas revolucionarias del siglo XXI.

El bajón de la economía petrolera fue un sucio golpe de la historia que tomó desprevenido al gobierno chavista, y si no lo estaba, no adoptó las medidas necesarias, o ya no era posible corregir el rumbo de la nave económica, desviada de órbita. La economía chavista es como un gran meteoro desorbitado que va aceleradamente a estrellarse a algún planeta. Un sucio golpe de la historia. El esperpento habría tenido una más larga vida, si hubiera flotado sobre una nata negra de petróleo.

Cuando había altos precios, a todos  se les dio petróleo, hasta a los “homeless” en USA. Hoy cuando Nicolasito tiene que salir a poner el sombrero  a los países de la OPEP, encuentra que ninguno desembolsa, China ofrece una inversión importante sin decir para cuando, y Putin, que ya ve a Nicolasito de salida, le da unas palmadas en su ancha espalda y firma algunos inocuos convenios de cooperación. Mientras tanto en Venezuela, por todos lados, se corren los rumores de golpe. Rumores, rumores, aclaro. Las fuerzas de la oposición y las fuerzas chavistas que se dividieron desde el momento de la muerte del caudillo, de su falta de presencia poderosa, casi mítica, han tensado sus fuerzas para una nueva toma del poder que se avecina en el encuentro electoral de octubre, crispado de tensiones. Las malas lenguas en Caracas, me dijeron, que en realidad Nicolasito se había ido de viaje, buscando una oferta de asilo.

Se lo ve disminuido, cansado, su cara de galán latino carga con un peso que a un hombre como él, o como a cualquier otro, se le sobrepone. El talento de Nicolasito apenas le dio para proponerles a los países de la OPEP que visitó, que entre todos controlaran los flujos internacionales de petróleo, para hacer subir el precio. La inteligencia económica del régimen no comprendió la naturaleza de la crisis petrolera del 2014. Regresó con las manos vacias, tituló la prensa mundial. Como tenía que ser.

Una caída del gobierno de Nicolasito, vía electoral o de facto, abrirá en Venezuela un estado de desestabilización institucional muy fuerte, y en medio de la crisis económica más severa de toda la historia del chavismo gobernante, que llevó, según datos del Banco  Central de Venezuela, a que en septiembre del 2014, la inflación acumulada hubiera alcanzado un 63.4%. Hoy es la más alta del mundo, bordea el 90.

En un panorama paralelo al de la lucha legal del poder en Venezuela, hay un contexto que pesa demasiado. De una parte, un índice de escasez (mide la falta de oferta de necesidades básicas y reducción de capacidad adquisitiva) que prendió el bombillo rojo de la economía venezolana. Alarma. Alarma. ¡La nave puede estallar! Y de otro lado, un índice de violencia desmadrado. Cerca de 80 por cien mil, la tasa nacional de homicidios, rango de guerra civil y superior a la de Colombia, en el marco del conflicto guerrillero, paramilitar, mafioso  y oficial, al finalizar el siglo XX.

Los alegres defensores del chavismo fuera de Venezuela, donde resulta muy cómodo serlo, un poco light, deberían obrar con consecuencia al destino del régimen, hundirse con la nave, con su capitán. Es la economía, imbéciles.

 

2 comentarios

Alston E. Newball -

Desde hace más de treinta años Estados Unidos había diseñado una estrategia para bajar los precios del petróleo. Han impulsado investigaciones para encontrar fuentes alternativas, como son los biocombustibles y otras. El precio alto a que se llegó, era debido a que USA como potencia mundial, estaba forzado a comprar a cualquier precio. Pero llegó el día en que había que despertar de ese precio especulativo. Lo que hay ahora, es una sinceración del precio petrolero...

Anónimo -

les llega la noche, como dicen. además de todo lo expuesto, están condiciones que en algunos puntos se parecen a lo que sucedió en Chile antes de la caída de Allende, es decir, todos a él, a por ello.