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Alberto Rodríguez

El Capo Jaramillo

El Capo Jaramillo

La tercera temporada RCN-FOX del Capo volvió con un escupitajo de originalidad, que en tres semanas ha dejado en claro, que la campaña publicitaria con la que se montó como espectáculo en la tele, es la de la legalización de la droga. Bravo, una buena causa.

El Capo condenado a treinta años en una prisión de la Florida, en el mismo patio con el Señor de los Cielos, es repentinamente solicitado por el director de la cárcel, para que vaya en ayuda del Director General de la DEA. Una misión no oficial de estado. De por medio está la vida de la esposa y del hijo del máximo funcionario de las drogas en USA.

Así, el Capo vuelve  a estar libre, de modo que puede pasearse como un rabino ortodoxo, que va a cenar al café de un hotel viejo en New York. Ahí donde todo se mueve de la mano durísima de Asimov, el Zar de Manhattan.

Pero el Capo, por ser paisa, llega con un proyecto, como si supiera que sus amigos – Bruna y Tato - lo van a sacar. Un proyecto anti empresarial, que consiste en hacer lo único que hay que hacer para combatir el narcotráfico, de modo que alguien se lo pueda creer, quebrarlo.

Así es el Capo. Un hombre que se apellida Jaramillo y que siempre va para adelante. Tiene buenas respuestas para preguntas difíciles. Tiene palabra. Temple para las causas duras. Y está absolutamente convencido de que tiene razón.

Y como Mario Puzo, y como Ford Coppola, en un momento impreciso en la historia, el Capo encuentra los hilos de una “mano invisible” que lo maneja todo. Se trata de un poder asentado en Roma, siniestro, absoluto y ecuménico. El capo di tutti capi.

Tiene la serie de temporada muchos aciertos, y muchos defectos argumentales, fisuras de verosimilitud, escenas desbalanceadas, actores secundarios malos, poca acción cinematográfica, diálogos flojos. Pero aún así montaron la historia sobre una línea audaz. Y eso vale para que seamos capaces de sentarnos todos los días, una hora, entre las nueve y las diez, a ver cómo es qué Jaramillo va a quebrar el narcotráfico.

Ocioso que es uno.    

 

 

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