En busca de oportunidades
Las cincuenta primeras empresas de América Latina estuvieron presentes en el Séptimo Encuentro Empresarial de la Alianza del Pacífico, que terminó ayer en la noche en Cali. Los representantes de los más ricos de catorce países, incluyendo a Don Mariano Rajoy y a Peña Nieto, sus banqueros, sus políticos, apoyados por sus respectivos gobiernos, organizaron una mesa de negocios en Cali, para repartirse el mercado, elevar las ganancias y lucrarse democráticamente de un mercado de dos cientos millones de personas. ¿A cuántas de ellas beneficia el negocio? O si quieren algo más realista ¿A cuántas personas de las doscientos perjudica el negocio?
Mitsubishi Corporation, Mitsui & Co, Ltd, Bank of Tokyo, UFJ, Petróleos Mexicanos (Pemex), el consorcio Fomento Económico Mexicano (FEMSA) y América Móvil, de Carlitos Slim. ACS, Servicios y Comunicaciones y Energía y Gas Natural Fenosa; Falabella y Copec. ¿Qué puede esperar uno de un encuentro de semejantes duros? Vinieron los duros, de los mismos que hacen negocios indirectos con las mujeres en Bangladesh, pagándoles salarios excesivos y teniéndolas en plantas de extrema seguridad industrial.
Claudia Lacouture, la organizadora del evento, dijo que los delegados de los distintos países vinieron por oportunidades de negocio. Eso está muy bien, vivimos en un régimen de libre mercado. Al fin y al cabo son los empresarios los que generan riqueza, con la que se irrigan las economías regionales. El problema estructural es el tamaño de la oportunidad. Oportunidad de negocio para los que ya tienen negocios grandes, corporativos, los que mueven la economía. Los empresarios mexicanos que vinieron, por ejemplo, generan el 11% de la economía mexicana. Unos duros.
Nosotros el 99, qué venimos siendo en medio de una mesa de negocios, que ni nos va, ni nos viene. Qué vienen siendo los desocupados de los países de la Alianza Pacífico en la mesa. Qué vienen siendo los cinco millones de desplazados colombianos en la mesa. Oportunidades, desarrollo, bienestar, dirán los presidentes en coro, durante el cierre del evento en el Club Campestre, al sur de Cali. Un lugar a imagen y semejanza de quienes vinieron por un mercado de dos cientos millones de compradores. Bueno, eso es lo que dicen. Lo que no nos dicen es cuántos de esos doscientos no pueden comprar, y por ende, actúan a su pesar como depresores de las economías.
¡Unos duros!
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