Django Desencadenado
Tarantino no utiliza la violencia gratuitamente, es cierto, aunque la adorna. Si algo cuida es la historia. De buenas historias se hacen buenas películas. Django desencadenado es una recreación de un género, de cuando los buenos desparecen y todos se vuelven malos. Es una cobranza al esclavismo, a los señores, a los negros que se les vendieron, una cobranza histórica, invirtiendo los papeles, haciendo que sea el esclavo liberado por un asesino, quien glorifique su destino dramático en el film, matando a todos los malos para salvar por la venganza el amor de la esclava que hablaba un poco de alemán.
Django es la gana creativa de un loco con talento por hacer un western. Tarantino sabe pulir los personajes como esculturas, cuida sus diálogos y encuentra en sus corazones los motivos, que los mueven en algún sentido.
El doctor King Schultz es un personaje inolvidable. Un alemán en USA – como un yanki en la corte del rey Arturo - , dos años antes de la guerra civil, mitad leguleyo y mitad asesino. Un caza recompensas ilustrado, perfectamente hablado, perfectamente presentado, falso dentista, asesino repentista, librepensador, que le cuenta a Django la historia de los Nibelungos. Su inglés es de academia, con una pronunciación teatral y una dicción atildada, los rasgos que mejor definen a Schultz. Un caza recompensas bien hablado. Lo que introduce a la historia la novedad, el contraste, una fuente nueva de recreación de una historia re-editada.
A cuenta de mi gusto, Django debería haber muerto. La glorificación del destino del héroe me sabe demasiado dulce en la torta envenenado que ha estado haciendo Tarantino en la cocina de la historia. Su muerte habría sido un anticipo de la muerte que les espera a él y a Brunilda, cuando los señores esclavistas suelten todos sus perros para darles caza. Un tipo como Django no puede estar vivo. Al año siguiente estalló la guerra civil.
Habría preferido vivo al doctor King Schultz, al fin y al cabo quienes son como él, tienen más condiciones para sobrevivir exitosamente, que los que se parecen a Django.
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