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Alberto Rodríguez

Los sueños de la razón engendran monstruos

Los sueños de la razón engendran monstruos

El senador Gerlein y el procurador Ordoñez debieron tener sueños húmedos después de que una comisión del congreso aprobó en primer debate le matrimonio gay. Gerlein no tiene problema con que se casen mujeres, Ordoñez como buen mari-ano, no aprueba más que las uniones reproductivas. La recreación es reprobable.

Uno no sabe si el Senador Gerlein fue el único costeño de su generación que no fue afecto a las burras. Tampoco se sabe, si en su ya larga vida, haya hecho alguna que otra excepción y la burrita lo haya cagado. Es la única forma de explicarme sus declaraciones ante una plenaria de Senado.

Tampoco se sabe si tanta homofobia, inconstitucional y violatoria de los derechos de las minorías, no sea más que una mariconería reprimida, que a un varón como Gerlein le parece sucia. Con un Senador nunca se sabe. Piensan una cosa, dicen otra cosa y hacen otra. Ante tanta coherencia uno no puede más que declararse perplejo. En lo único en que últimamente han mostrado coherencia es en la reelección de Ordoñez.

Los sueños de la razón producen monstruos. En especial los sueños húmedos, los que Gerlein sueña en las plenarias y Ordoñez en retiros.

Varones ilustres, oponerse al matrimonio homosexual hoy, es como oponerse a la ciudadanía de los negros a principios del siglo XX, o al voto de la mujer después de la guerra,  o a la descriminalización del homosexualismo en los sesenta.

Gerlein y Ordoñez, son como los mamertos, para ellos el tiempo no pasa.   

 

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