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Alberto Rodríguez

La mala leche de Yoani Sánchez

La mala leche de Yoani Sánchez

El affaire Assange se origina en la internacionalización de un volumen muy alto de información del aparato diplomático norteamericano, que se fugó y fue utilizado con fines informativos. Mostró algo que todo sabíamos, el oscuro fondo del accionar norteamericano en el mundo, pero esta vez con pruebas documentales de origen oficial. Assange actuó  como un “Robin Hood de la información”, declaró Yoani Sánchez en su blog del 17 de agosto.

Si Assange hubiera sido un bandido, un Doctor No de la información, se habría puesto en contacto con funcionarios de estado para pedir rescate por la información, con el riesgo natural que conlleva chantajear el gobierno norteamericano. O hubiera intentado vender a países interesados la información privilegiada. Pero Assange no es un bandido, lo que hizo fue apelar al derecho de libertad de expresión para compartir con el mundo la información reservada.

El conflicto sigue estando centrado en la internacionalización. Assange es reclamado por cuatro países. Inglaterra bajo cuya jurisdicción está y que surte de intermediario oficioso para cumplir una exigencia de la fiscalía sueca, que reclama a Assange por un “delito sexual”, como pretexto para extraditarlo a USA, que ha guardada una sospechosa discreción frente a la maniobra. Y Ecuador, que reclama el derecho al salvoconducto para que pueda ir a visitar a Correa en su casa.

En el desafortunado comentario de su blog, Yoani Sánchez se pierde, se aparta del punto, el derecho a la información, por el que ha luchado durante los últimos cinco años. Le parece “singular” que haya sido el Ecuador el país que le tendió la mano a Assange. Le parece “paradójico”. Como si con ironía objetara el derecho de asilo.

Digamos que sí, que es “singular y paradójico”, pero es que el punto no es el carácter antidemocrático de la política de medios de Correa. El punto es la confrontación internacional en el campo de la información, que origina el “delito” por el cual Assange, es hoy un perseguido político de la información. Lo demás es mala leche o simple falta de visión.

La declaración es desorientada, miope, tonta o de una mezquindad estremecedora. El anticastrismo de Yoani la cegó para ver en el affaire la oportunidad de insistir en el problema del cual ella misma es la víctima internacional más famosa de Cuba. Lo que le preocupa a ella no es lo que le pueda pasar a Robin Hood, sino que alguien como Correa le haya tendido la mano, que si bien le roba a los ricos no reparte a los pobres. Pero, hoy Yoani, ese no es el problema.

El asunto es, cómo arrebatar por vía de la opinión internacional, a Julián Assange de las garras imperiales de los Estados Unidos. ánchez

 

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