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Alberto Rodríguez

Día mundial de Internet: los peores lugares del planeta para navegar por la Red

Día mundial de Internet: los peores lugares del planeta para navegar por la Red

María Sorribes Catret

 El último informe de Reporteros Sin Fronteras sella la tragedia de quienes navegan, o por lo menos lo intentan, en un mundo censurado y amenazado por criminales y gobiernos: 2011 fue el año más mortífero para los internautas.

Censura por los violentos o los gobiernos en América Latina

En Cuba, sólo los funcionarios y personas afines al Partido Comunista pueden acceder libremente a Internet. El resto está limitado a conectarse en cafés u hoteles controlados por la censura y con carísimas tasas de conexión, según el Comité Internacional de protección a los Periodistas (CPJ).

Blogueros independientes como la activista Yoani Sánchez tienen que utilizar dominios de fuera del país, publicar a través de amigos o acudir a embajadas extranjeras para subir sus posts. Sus páginas están bloqueadas para los habitantes la isla.

Aunque en México el acceso a Internet no está limitado, opinar libremente en la Red puede ser demasiado peligroso. Como ejemplo, el pasado 28 de abril Regina Martínez -periodista que investigaba la corrupción y el narcotráfico en México- apareció muerta en su casa de Veracruz. En otros países de alta inseguridad como Honduras, activistas como Dina Meza reciben acoso y amenazas sexuales diariamentesegún denuncia Amnistía Internacional.

Declaraciones de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, son paradigmáticas de lo que sucede en su país: “Hay que actuar en esto. Internet no puede ser una cosa libre, donde se haga y se diga lo que sea”. 

Robo de contraseñas e inaccesibilidad por pobreza en África

Africa es uno de los territorios más peligrosos para la libertad de expresión on line, segúnAmnistía Internacional. En muchos países del continente como Gambia, Etiopía oRuanda el Gobierno ha creado una fuerza de seguridad preparada especialmente para vigilar la disidencia en las webs o las redes sociales.

Por ejemplo en Somalia, desde el año 2007 al menos 27 periodistas han muerto en ataques selectivos por expresarse sin tapujos en la Red, según AI. Alí Ahmed Abdi, periodista de Radio Galkayo y Salad Adan fueron acribillados en el centro del país. Nadie ha comparecido por los hechos ante la Justicia, denuncia AI.

En Sudán, las autoridades se infiltran sitios web de grupos juveniles como Girifna o Juventud para el Cambio y utilizan su contenido como excusa para detener a los activistas, denuncia Amnistía. Durante los interrogatorios, el Gobierno suele pedirles sus contraseñas de Facebook o del correo electrónico para poder seguir infiltrándose.

Además de la censura, en África y otros países aún en vias de desarrollo navegar por internet es simplemente inaccesible para la mayoría de la población por falta de recursos, infraestructura o alfabetización. Sólo uno de cada 1.000 hosts en el mundo se ubica en las regiones de África Subsahariana y Sur de Asia, que apesar de concentrar el 30% de la población, albergan a poco más del 3% de los usuarios de internet.

Prohibido buscar palabras como "opresión" en Asia

China o Pakistán son puntos rojos ya conocidos en el mapa de censura internacional en la Red. La censura en Asia se lleva a cabo a través de los ISP (proveedores de Internet) o limitando a las compañías que dan servicio y alojan a las distintas webs. Los contenidos más obstáculizados son las redes sociales, las páginas de contenido Wiki, blogs sobre política, páginas religiosas o vídeos en streaming, según destaca la organización OpenNet Initiative.

Mediante la cooperación con los proveedores  bloquean contenidos especialmente “críticos” como Twitter, Facebook, Youtube o las páginas de la diáspora tibetana. La página Information is Beautiful elaboró un gráfico con las palabras prohibidas por el régimen asiático: entre ellas, “brain wash” (lavado de cerebro), “chinese democracy” (democracia china) u “opression” (opresión).

En China la red de microbloging Weibo está en la constante mirilla del Gobierno. Además de que en todo el país no existe acceso libre a la Red, el Ministerio de Seguridad Pública chino ha tejido todo un sistema de filtros conocido como 'The Great Firewall', según Amnistía Internacional (cuya página está también bloqueda en China).

Por ejemplo, su opinión a favor de los derechos humanos le está costando once años de cárcel al ciberactivista chino Xiaobo.

Otro ejemplo es Corea del Norte, donde el acceso al exterior a través de Internet es directamente ilegal. Solo las élites gobernantes pueden usarlo, según denuncia el Comité Internacional de protección a los Periodistas (CPJ). Ver una serie extranjera o surcoreana es prácticamente misión imposible y los norcoreanos trafican con DVD's o lápices USB mediante correo postal clandestino a través de la frontera con China.

En Pakistán, Sri Lanka o el sur de Filipinas, la opinión de periodistas y activistas en Internet se paga en muchos casos con la muerte, según Amnistía Internacional.

Un tuit te puede llevar a la horca en Oriente Medio

En Arabia Saudí, el joven periodista Hamza Kashgari fue condenado a muerte por tuitear varios mensajes sobre el profeta Mahoma. Ahora, meses después de su detención el pasado febrero, se encuentra en paradero desconocido.

En este país de Oriente Medio las autoridades tienen el derecho a exigir un registro de aprobación gubernamental para que cualquier organización o individuo ejerza el "periodismo electrónico" o muestre “material de audio o visual" en su página web, denuncia CPJ.

La denominada coloquialmente como “ciberpolicía” es uno de los cuerpos de seguridad que operan en estos países controlando y rastreando diariamente las redes sociales. Los activistas y blogueros han sufrido detenciónes arbitrarias, acoso o tortura durante todas las revueltas de Siria, Libia, EgiptoYemen o Túnez, denuncia Amnistía Internacional.

Resquicios de censura en la antigua URSS

Los países del territorio de la antigua Unión Soviética se han convertido en un reducto de censura dentro de la amplia libertad europea. La organización CPJ denuncia, por ejemplo, que en Uzbekistán el acceso vía internet a sitios web de noticias independientes, emisoras de radio o aquellas que contienen ciertas palabras políticas clave está bloqueado.

Como ejemplo cita el caso del periodista independiente Dzhamshid Karimov, que desapareció en 2006 tras visitar a su madre. Después se descubrió que había sido detenido e ingresado en una clínica psiquiátrica, donde permaneció hasta finales de 2011.

Los gobiernos de Bielorrusia, Rusia, Azerbaiyán o Turkmenistán reprimen y censuran cualquier vestigio de protesta o denuncia por fraude gubernamental, según Amnistía Internacional. En Rusia, activistas y blogueros, como Alexei Nalvani, denuncian que han sido detenidos treinta veces.

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