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Alberto Rodríguez

La prueba de que Dios no existe es Haití

La prueba de que Dios no existe es Haití

Peor que hace un año. ¿Cómo podría ser Haití peor que hace un año, si ya entonces era peor? Si les parece que el título es osado, entonces digamos que Haití es el fracaso de la omnipotencia de Dios. Ha intentado acabar con esa isla de negros, desde el comienzo, y no ha podido.

Las pruebas:

  • Veinte millones de metros cúbicos de escombros no han podido ser recogidos, tras el terremoto de hace un año. No se han terminado de restablecer los servicios públicos. Hay desabastecimiento de comida, de agua potable. La inseguridad se ha incrementado en al menos un cincuenta por ciento. El pillaje, el vandalismo, el asalto, la agresión. La fuerza pública es un chiste.
  • El gobierno no era viable antes, ni durante ni después del terremoto. Sin embargo las bandas políticas se tranzan en unas elecciones en medio de los despojos, que laceran la tragedia. Unas elecciones que como todas, terminaron en  fraude.
  • El terremoto causó 1.5 millones de damnificados. Hoy, 1.3 millones continúan viviendo en 1200 campamentos improvisados, los mismo del primer día. Se necesitan 100.000 refugios más. Se han construido 25.000. La población de Haití es una población refugiada en su propio país. Pero los refugios no alcanzan. El resto vive en la calle como en Calcuta.
  • Las pérdidas materiales se calcularon en 7.800 millones de dólares. El 31 de marzo en Nueva York se reunió la mesa de donantes. Se comprometió a reunir y a entregar cinco mil tres cientos millones de dólares. No han llegado.
  • La peste llegó en medio del desastre. El cólera ha cobrado la vida (octubre 19) de 3658 personas, desde que se inició el brote. La seguridad sanitaria no alcanza a la reparación de los servicios. Los servicios hospitalarios no dan abasto. Hay 157,000 personas afectadas, la ONU  intenta recoger  165 millones indispensables, pero apenas ha recibido la quinta parte. La epidemia se inicio en el campamento de cascos azules nepalíes de la ONU.
  • Hay indicios de que la corrupción de las bandas políticas haitianas y los intermediarios internacionales, le han echado un mordisco a los pocos recursos que han llegado. Además la tragedia sorprendió a Haití en medio de la más profunda crisis económica de los Estados Unidos y  Europa.  El club de los donantes no la está pasando bien.
  • Pandillas  salvajes de violadores armados irrumpen en las noches, en manada, a los refugios y violen indiscriminadamente a las mujeres. Depredadores sexuales que asaltan la miseria, que reptan hambrientos entre hambrientos.    
  • Diez millones y medios de personas viven en Haití. Su renta per cápita es de 722 dólares anuales. Sesenta dólares mes. Dos dólares diarios. El país más pobre del continente.

Y si todavía creen que exagero un celemín, oigan esto: el doce de diciembre llegó a Haití en misión humanitaria la Señora Sara Pahlin. Algunas horas después de su visita, en su página web apareció su primera declaración, en la que dijo: “realmente he disfrutado de conocer esta comunidad”.

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