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Alberto Rodríguez

“Tener razón demasiado pronto es lo mismo que equivocarse”

“Tener razón demasiado pronto es lo mismo que equivocarse”

El alcalde Sammi no debe estar durmiendo bien. Su hermano, Iván, que tampoco debería estar durmiendo bien, lo está haciendo mejor, tiene menos que perder. La mamá del par de traviesos Morenos, nietos del generalísimo, no sabemos si duerme o no duerme, si sabe exactamente en lo que se han metido, o si apenas tiene la versión oficial y de prensa. Como sea, en las casas de los Moreno Rojas, por estos días no se debe estar durmiendo tan bien como debería hacerlo una familia que ha permanecido unida a lo largo de su dura carrera política.

A Papa Noel - al que la tierra debería haberse tragado, antes de asistir al triste espectáculo de la melcocha cortada en que terminó convertido su ensayo de “izquierda democrática” - el sueño deberá serle esquivo, desvaído. Doña Clara López tiene el sueño agitado, desde las épocas en que era Secretaria de Gobierno de Sammi. Ha hecho declaraciones tan tontas, que ni siquiera el buen consejo de su marido, la ha valido para representar bien un papel que le queda grande, dirigir el bestiario democrático. Sus tontísimas declaraciones, son lugares comunes burocráticos de los despachos, en nuestro caso, para tapar el espesor del rancio caldo en que terminó cocinándose su izquierda democrática, de la que ella es madrina.  Gustavo Petro tiene el sueño ligero, duerme con la metralleta junto a la cama, por si los unos, o por si los otros.

A papa Noel le preocupa que las denuncias salgan del Polo, llámese su querido Petro o cualquiera el que las haga. Prefiere que sobre el asunto se pronuncien los jueces. Lo cual, y a pesar de que es amigo del control político del partido sobre sus funcionarios públicos, prefiere que el asunto lo trate la justicia, convencido como está, que el asunto es de justicia, más que de política partidista.

La falta de sueño desvela a los honrados. La falta de sueño hace que Papá Noel, lejos de ser el líder sensato, el pensador político de la izquierda democrática que sepa conducir su partido en la tormenta, termine dando declaraciones tan tontas como las de Clara López. Está convencido que como el sector anapista del Polo, no apoyó a Petro en su campaña, él urdió una venganza. Qué curioso -y eso no le preocupa-  que le haya dado por “vengarse” denunciando el cartel de la contratación en el distrito especial. Petro dijo un año después de posesionado Sammi, que en su administración había un rancio estilo clientelista. Y papá Noel lo hizo por la misma época “…cuando yo era el presidente del partido, le reproché a Samuel Moreno que no era el Polo el que estaba gobernando en Bogotá, sino el uribismo, el liberalismo y los conservadores. Pero ahora el Polo se queda con el pecado y sin el perdón”.

En la lógica de Papá Noel, sería mejor que la Fiscalía detenga a Iván o a Sammi, a que Petro denuncie a su propio partido, para no hacerse cómplice. ¿No ha mirado acaso el bestiario multicolor que se destroza por el control político del esperpento? La lucha por el poder es el estilo, y los del Polo, carecen de estilo. Esa gris congregación de corruptos, anapistas, samperistas, mamertos, que se montaron en el carro de la “izquierda democrática”, para poner negocios atendidos por sus propios dueños.

¿Y el flamante Senador Robledo? Él, que jamás ha dormido, insomne como un lama, aliado con los despreciables, más solo que nunca en el congreso. El senador haría eco en sus desvelos, a las palabras de Adriano: tener razón demasiado pronto es lo mismo que equivocarse.

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