Problemas de bipolaridad
Quiera Dios que los brotes de quintacolumnismo de las FARC en el Polo Democrático, que suscitaron la pasada crisis, sean casos aislados dentro de la izquierda democrática. Gustavo Petro ha denunciado una “santa alianza” entre el uribismo y las FARC para liquidar al Polo. Las FARC, a través de sus voceros, hacen declaraciones a favor del Polo, que no le sirven al Polo, pero sí mucho a Uribe. Le hipótesis baratera con la que la prensa explica lo que han llamado el “abrazo del oso” de las FARC al Polo, es que sería un pésimo ejemplo para el país, que un movimiento de izquierda democrática, llegara a tomarse el poder. Lo que mostraría que la vía armada es inútil. Lo más peregrino del asunto, es el supuesto con el que se nos vende la hipótesis, que las FARC estarían interesadas en tomarse el poder. Ese sólo supuesto obliga a un reconocimiento político y como tal a aceptar un estatuto de beligerancia. ¿Qué diferencia habría entre esto y reconocer carácter sedicioso a los paramlitares? La izquierda democrática, según clasificación de politólogos y periodistas, es democrática justamente por el abandono efectivo de la fórmula leninista al “uso de todas las formas de lucha”. Pero la renuncia programática y “tranquilizadora” al proyecto de toma violenta de poder, no se hizo porque históricamente la vía revolucionaria hubiera sido sepultada por la vía electoral, sino porque el derrocamiento de la burguesía salió del libreto. El modelo del socialismo “siglo XXI”, es: primero la toma pacífica el poder, y luego administrativamente, por la vía de la reforma constitucional, de la expropiación, se producirá el desmantelamiento del estado, de la economía y el capital, tal cual la “vía chavista al socialismo”. En el Polo concurren dos circunstancias que son y van a ser fuentes potenciales de división. Sólo una parte de los miembros del Polo ha entendido la diferencia entre ser oposición de izquierda y gobernar como izquierda (y por tanto tomarse con toda seriedad el proyecto de toma del poder, para algunos, posible al 2010). Y la otra circunstancia, es que en lo profundo de la democrática colcha de retazos políticos que es el Polo, todavía campean – en algunos sectores - solidaridades implícitas con la vía armada al poder. Como si jamás se hubieran tomado en serio la “crítica de las armas”, o como si una condena clara, tajante y sin vacilación, contra la condición de criminales de guerra, fascistas rojos, y gángster, a los de las Farc, en vez de darles más credibilidad frente a la sociedad civil, los acercara a Uribe. Los comunicados tibios, las condenas a medias tintas, los implícitos babosos y las torpes declaraciones de neutralidad de Dussan (ni a favor ni en contra de las FARC), las dualidades oportunistas del Polo, lo pusieron en la semana que pasó en una doble confrontación, con el uribismo necesariamente, pero también consigo mismo. Esta vez hubo crujir de dientes, exhibición de torpeza política, sectarismo, pero aún así se conservó la unidad. Papá Noel salió apaleado, y eso no es bueno para su record. Petro fortalecido, y la organización con una disposición política a cumplir el doble reto: no perder la alcaldía de Bogota y ganarle las elecciones - otra vez - al partido liberal.
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