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Alberto Rodríguez

Lobos solitarios

Lobos solitarios

 Las guerras “simétricas” eran aquellas en las que a un contendor y otro correspondían, ejércitos contrarios, líneas definitorias, territorios enemigos, retaguardias, uniformes distintivos. Un país, una nación, un pueblo, combatían contra un enemigo definido y visible. En las guerras “antisimétricas” el juego cambió. El enemigo está y no está. O más exactamente, está disperso, camuflado, repartido, sin uniforme, sin zona, sin insignias, como “lobos solitarios”, dispuestos a morir a la manera de kamikazes yahidistas, que van sembrando el terror, asesinando a la población civil, con el propósito de que el terror se instale como el enemigo principal de la sociedad enemiga: occidente y buena parte de oriente.

Lo más terrible del EI es que ha declarado la guerra a todo lo que no sea el Islam, y a buena parte del Islam. Una guerra de restauración del califato, imposible, demencial, tajante, dotada de un arma que cambia los términos de la guerra, el fin de la doctrina Clausewitz, el fin de la guerra convencional, de la guerra de posiciones. La guerra del terror, en la que todo vale, asesinar niños, mujeres, ancianos, turistas, en cualquier ciudad, a cualquier hora. Una guerra no selectiva que juega con la inaudita sorpresa y que está haciendo que Europa se suma en la paranoia.

El guión de una película de horror. Podría llamarse “Lobos solitarios”. Soldados de dios, que van por el mundo sembrando el terror, hasta que el enemigo se les arrodille. Asesinos ubicuos, repentinos de distinta nacionalidad, dispuestos a sacrificarse. ¿Cómo terminaría la película?

En cualquier caso, bien que la hicieran los rusos, los norteamericanos o los franceses, tendría que terminar con una solución a favor. No sería de otra manera.

Pero en la realidad, olvidando que sea un buen guión de una película de horror ¿Cómo tendría que encarar el mundo una amenaza antisimétrica de proporciones bíblicas?

Una coalición gigantesca de todos los países que hoy se sienten amenazados, contra el EI, bombardeos sistemáticos y continuados sobre las franjas donde se ha hecho fuerte el EI, Siria y el norte de Irak.   

Por lo pronto es lo que están haciendo, Rusia desde finales de septiembre, USA, utilizando drones y unidades élite y Francia con todo el rencor después del atentado parisino del 13 de noviembre.

Y podría ser que la película terminase con un bombardeo tal que hasta el último de los yihadistas de las franjas de donde las guerras civiles abrieron el espacio para que fructificara la semilla el EI, fuera arrasado de la faz de la tierra. Pero no podría la película, sería otra, encontrar una solución para enfrentar cientos de lobos solitarios, resentidos, enceguecidos, vengativos, dispuestos a todo, en todo el mundo, dispuestos a estallar a cualquier hora, en la que las multitudes se reúnen para orar o para escuchar rock.  

 

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