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Alberto Rodríguez

En Brasil como en La Habana: nunca habíamos llegado tan lejos

En Brasil como en La Habana: nunca habíamos llegado tan lejos

  “Nuestros muchachos” “escribieron una página de gloria”. Nunca un equipo de futbol colombiano “había llegado tan lejos” en unas “justas mundialistas”. “Colombia los recibe alborozada”. Se les “brindó una bienvenida de héroes”. Lo único bueno de que Colombia haya salido del mundial, es que se pone fin a la agotadora temporada de lugares comunes en que se hundieron la radio y la televisión.

Brasil ganó el partido contra Colombia, no porque jugara un buen futbol, no porque jugara mejor, sino porque es Brasil. Y jugaba en casa. Y la señora Dilma necesita que gane, para que el escándalo por el negociado de los estadios, se oscurezca con el triunfo. Y la FIFA también necesita que gane Brasil, su socio estratégico en el manejo de la inversión y en la definición de la junta.

El pueblo revuelto del Brasil, el que no puede ir a los estadios, aprovechó la vitrina para sacar toda su rabia y esparcirla en las calles. A ellos también, hay que darle un campeonato. Con la confianza de que fútbol mata pobreza.

Colombia jugó un primer tiempo presa de toda la presión que suponía llegar a ganarle al Brasil. No pensaban perder, al contrario temían llegar a ganarle y sacarlo en su propia casa y perfilarse como un posible campeón mundial.

El futbol vivo, armado, travieso, se vio reemplazado por un juego nervioso, entrecortado, en el que no encontraron el ritmo. Además fue un partido sucio, en el que el Brasil llegó a las treinta faltas. También estaba nervioso, más que los colombianos. Tenían más que perder y eso los puso tensos.

En el segundo tiempo Colombia intentó ser lo que es, lo que nos mostró que sabe hacer. ¿Qué les dijeron en los camerinos? Lo que haya sido, la resistencia violenta, la presión sobre el equipo de Brasil, la hinchada, y un árbitro demasiado brasilero, se impusieron. No fue la jerarquía, fue el miedo. Aun así Colombia mostro fútbol. Mostró entrenador, talento individual, trabajo en equipo, disciplina. Lo que nos metió en los ocho mejores equipos del mundo. Ya veremos en el 2018.

 

 

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