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Alberto Rodríguez

Por una nariz

Por una nariz

Sigifredo López escribió 156 poemas en un cuaderno rayado escolar durante el cautiverio de siete años al que fue sometido por las Farc. Al momento de iniciar su regreso a la libertad, de la mano de Piedad Córdoba, el cuaderno se le perdió. Semanas después y en un acto despiadado de memoria poética reconstruyó todos los versos que se le habían quedado en la selva. Ese hombre que escribe versos y que mereció que Don José Saramago lo invitara  su casa en Lanzarote, cuando supo que El ensayo sobre la ceguera, lo había ayudado a sobrevivir, hoy está detenido.

Tres años después de su regreso a la vida, Sigifredo ha sido acusado por la Fiscalía de cuatro delitos, perfidia entre ellos, y que se resumen en uno: pertenecer a las Farc. Y en consecuencia haber sido co-autor y determinador del asesinato de sus once compañeros de duma. Las pruebas se hallaron en el computador de Alfonso Cano.

La Fiscalía no lo detuvo sin tener de dónde agarrarse, se agarró de su nariz. Su nariz aguileña de azteca, es la cabeza de prueba. Se observa en el ángulo superior derecho del video en el que alguien señala los planos de la Asamblea, perfilada y en fragmento. ¿Y el bigote qué? Cuando lo secuestraron tenía bigote. El otro aspecto probatorio es la voz, en el video, deficiente, sin resolución, fragmentada, sin carácter de prueba. Su abogado ha pedido que el análisis de voz lo haga un organismo internacional, el FBI o la Interpol. El análisis que haga la Fiscalía podría estar sesgado, políticamente ajustado a la imputación. ¿Si el abogado y Sigifredo no estuvieran seguros de que no es su voz, estarían pidiendo a los organismos policiacos internacionales que hicieran el cotejo?    

¿A quién le interesa poner a la sombra a Sigifredo? Antes de estarlo fue candidato al senado en el 2010, candidato a la alcaldía de Cali en el 2010 y candidato a la gobernación del Valle en el 2012. El antiguo inspector de policía se hizo abogado de la USC y político, y eso de por sí lo hace un blanco. Es un liberal convencido de que puede gobernar y legislar. No sé si su prematura salida del equipo del Alcalde Guerrero haya obedecido a costos políticos anticipados a la imputación, a presiones políticas internas, o a una decisión del propio Sigifredo, ocasionada por desacuerdos con la política del alcalde.

Un político es una especie de “bailarín”, explica Kundera en La Inmortalidad, bailando en una cuerda floja, que bien puede ser cortada de lado y lado. ¿Quién quiere cortarle la cuerda a Sigifredo? Porque si bien la acusación la hace la Fiscalía, como tiene que ser, resulta inverosímil que sea ajena a la necesidad política de revivir la Farcpolítica, o a impedir que Sigifredo eventualmente ocupe un escaño en el senado, en caso de ser llamado por ausencia forzada de uno de los congresistas en ejercicio. Sigifredo no es un pez gordo de la política en el Valle del Cauca, de hecho su capital electoral modesto no le ha asegurado cargos de elección, sin embargo, hoy es el eslabón más débil de la cadena de la Farcpolítica. Podría ser el chivo expiatorio que la derecha necesita para contragolpear. En tal caso, no va a importar si el del video es él, o no es. Si se trata de fabricar un culpable, Sigifredo no se la va a pasar bien.  ¿Qué tan política y qué tan técnica es la decisión del Fiscal Montenegro de detener a Sigifredo? ¿No fue Montenegro asesor  congresional  de Carlos Holguín?

Nadie está libre de sospecha en un país de hecho. Por lo que justamente es más civilizado persistir en el principio de presunción de inocencia, que salir a jugarle a quienes no habiendo podido derrotar a las Farc con las armas, están interesados en un falso triunfo procesal, a costa de la vida de un hombre que dejó sus versos en la selva.

 

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