Blogia
Alberto Rodríguez

La Poética de Aristóteles

La Poética de Aristóteles

La Poética de Aristóteles es un librito sencillo, legible, que consta de seis capítulos y 45 parágrafos. Aunque los capítulos no tienen título, como lector le he dado los siguientes, en su orden: De la mímesis, De la mímesis y los géneros, De la tragedia, De la epopeya, De las objeciones a los poetas, De la tragedia y la epopeya.

La traducción castellana que tengo es una de 1798, hecha por José Goya y Munian, que dedica a Melchor Gaspar de Jovellanos. En la dedicatoria, el traductor dice:”La ocasión que hubo para la nueva traducción fue esta: que habiendo el señor Azara, ministro de S.M. en Roma, pedido a esta Real Biblioteca las lecciones variantes que resultasen entre un precioso códice que hay en ella y entre las ediciones más correctas de la misma Poética, el bibliotecario mayor, cuando me hallaba dedicado a otro linaje de estudios más propios de mi genio, profesión y estado, me encargó que reconociese y anotase dichas variantes”. Que se recogen en 348 notas, que de suyo, son otro libro, al que para entrar se necesita saber leer griego.

Con la Poética pasa lo que pasa con muchos libros míticos, se mencionan, incluso se los cita autoritariamente, pero no siempre se han leído con el ánimo humilde de comprender. A pesar de que hay toda una saga de estudios poéticos sobre el librito de Aristóteles en todas las grandes universidades del mundo. Hay sociedades académicas para el estudio de la Poética. Como las hay para el estudio de la estética de Horacio.

¿Cuál es la importancia del legado? Una categoría, la mímesis, el acto de imitación, que según Aristóteles es la forma como proceden las fábulas, la poesía, la épica, la tragedia, la comedia, la ditirámbica y la música. No se refiere Aristóteles a las obras gráficas ni a las espaciales.

No es la estética de Aristóteles una estética de lo bello, es una estética de la imitación. El arte imita la realidad, la realidad desborda el arte. El arte no alcanza a imitar la totalidad de lo imitable, en esa inalcanzabilidad mora el espíritu de la tragedia.



0 comentarios