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Alberto Rodríguez

Unos caballos muy lindos

Unos caballos muy lindos

                                 En la foto:Cormac McCarthy y los hermanos Coen

John Grady Cole, 16 años, un gringo joven en México, que comparte con el Gringo viejo de Fuentes, evocando a Bierce en la revolución mexicana, el sentido de un viaje más allá de la frontera, a  donde irremediablemente y sin que lo sepan van a encontrase con la tragedia. Como si el destino de cruzar la frontera, pusiera a los unos y a los otros, a caminar al filo de una navaja, “porque ni siquiera Cervantes podía imaginar un país como México”.

Un viaje a caballo por el norte de México. Y un viaje en tren hasta San Luis Potosí, a buscar a Alejandra. Un viaje de formación como los que hiciera Goethe en su juventud. Grady y su amigo Rawlins llegan a un gran rancho mexicano, en el que vive una mujer descendiente de Francisco Madero. Son capaces, para ganarse la vida, y de paso el respeto, de amansar 16 potros traídos de la sierra en menos de una semana.

Amansadores de oficio, de pocas palabras y mucha humanidad, son los personajes que Cormac McCarthy pone en el volumen primero de su trilogía de la frontera, en 1992, y que la prensa especializada en libros, se encargó de poner en el cielo. Dijeron cosas como: otro Faulkner, con el peso de Melville y lo oscuro de Hawtorne. Yo quisiera ver en él, el mejor Steinbeck y la rudeza de Hemingway, o de Mailer. Aunque ignoro a quién se debe McCarthy, debe deberse a aquellos novelistas de los que aprendió. Su aprendizaje desembocó en tres grandes fortalezas: la descripción, la escenificación y el diálogo. Con las que terminó, de él se puede decir, adueñándose de un estilo, que lo metió en la historia de las letras norteamericanas.

Después de haber estado en la cárcel, donde John Grady mató a un hombre, enterrándole un cuchillo en el corazón, que se le partió adentro, regresa al rancho, habla con la abuela Madero, pide un caballo prestado y sale de nuevo de viaje a encontrarse con Alejandra. En el camino se encuentra con unos niños, uno de los cuales pregunta: ¿es bonita su novia? Entonces Grady les cuenta la historia, que es la historia del libro: “Les dijo que habían venido a otro país dos jóvenes jinetes a lomo de su caballos, y que habían encontrado a un tercero que no tenía dinero ni nada que comer ni casi ropa con que cubrirse y que se había unido a ellos y compartido todo cuanto tenían. Este jinete era muy joven y montaba un caballo magnífico, pero entre sus miedos había el miedo de que Dios le matara con un rayo y a causa de este miedo perdió su caballo en el desierto. Luego les contó lo ocurrido con el caballo y que lo habían encontrado en el pueblo de Encantada y que entonces el muchacho había vuelto al pueblo de Encantada y allí había matado a un hombre y que el policía había ido a la hacienda, donde lo arrestó a él y su amigo, y que la abuela había pagado su fianza y prohibido a la novia que volviera a verle”. (pag 225, edición Seix Barral)

       

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