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Alberto Rodríguez

Un polvo de Estado

Un polvo de Estado

Berlusconi sería la prueba viviente de que el poder estimula la libido, al punto de convertirla en asunto legal, oficial. Por un asunto libidinoso que bordea lo ilegal “Il Cavalieri” ha sido llamado al tribunal de Milán por la jueza Cristina de Censo. La primera audiencia en la 4ª Sección Penal del Tribunal estará presidida por tres mujeres: Carmen D'Elia, Orsola De Cristofaro y Giulia Turri. Tal cual le ocurre al personaje que hace Marcello Mastroiani en la Ciudad de las Mujeres, de Fellini.

La historia podría haber sido así: Berlusconi conoce a Karima El Mahroug, de 17 años, egipcia. Es un bombón magrebí llegado de Alejandría. Il Cavalieri, como Don Quijote, que vio en Teresa Panza a su Dulcinea, vio en ella a la sobrina de Hosni Mubarack, hoy expatriado. Para protegerla de cualquier acechanza, de todo mal amén, la lleva a su palacio de Arcore, en las afueras de Milán. Se encierra con ella 15 noches, durante las cuales la unge y es ungido. Permanecen en reflexión y ayuno, hasta que el ángel de Teorema se les aparece para decirles que el ayuno ha terminado. Karima, que en realidad es Ruby la Robacorazones, abandona el palacio y se mete en problemas por andar con emigrantes africanos en Roma. Una noche la detienen, y ella ni corta ni perezosa, llama a su papi. Y su papi llama a la estación de policía para ordenar que la suelten, con el propósito de evitar el lío diplomático con Egipto, según dijo. Y la sueltan.

El tribunal le imputa dos cargos: haberse tirado a Ruby y haber abusado de su autoridad para que la soltaran, pretextando una mentira. Desde una lógica exclusivamente masculina, diría que el abuso es concomitante al poder, la mayoría de las acciones de Estado son abusivas. En cuanto a que Il Cavalieri se hubiera tirado a Ruby y Ruby se hubiera tirado a Berlusconi, es más o menos entendible que un anciano de 74 años, con todo el dinero del mundo, todo el poder que los zoquetes italianos le han conferido, no haya sido capaz de esperar a que Ruby cumpliese 18. ¿Cómo creen ustedes que un hombre en tales condiciones puede ser paciente?

Si a Julian Assange, una corte inglesa lo juzga por no haber usado condón una noche de fiesta en Oslo, creo que las mujeres del tribunal de Milán, bien pueden condenar a Berlusconi. Que sea por un polvo prematuro que lo condenen a 15 años, no importa, lo que importa es que lo condenen, por todo lo que le debe al pueblo italiano.

 

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