De urabeños a uribeños
En La Habana hay un ruido grande que ha hecho estruendo en la mesa de conversaciones entre el Gobierno y las Farc. El aprestamiento del paramilitarismo frente a la concentración de las fuerzas guerrilleras para la entrega de armas. Lo que para una parte del país es un cese definitivo de hostilidades, para el paramilitarismo es una nueva propuesta de guerra. Pero al mismo tiempo, Otoniel el jefe del clan Úsuga, hace arreglos discretos a través de abogados para entregarse a la justicia norteamericana. Las diferencias con su segundo y tercer hombre en la organización, respecto a la entrega, pudieran haber sido un motivo para la presunta delación que terminó por arrojarlos al Ejército, y que algunos le atribuyen a Otoniel.
La historia del clan Úsuga es la de un clon teratológico: tiene origen en el EPL, se recicló en las AUC y terminó siendo de “narcotraficantes purasangre”. Tiene disciplina insurgente, el alma violenta del paramilitarismo y el alma codiciosa del narcotráfico. Un engendro de exportación.
Humpty Dumpy Villegas, en una alocución en TV, y en declaraciones al diario el Tiempo, dijo que el paramilitarismo fue borrado de la faz del país, “el paramalitarismo no existe”, concluyó. Es un invento de las FARC para dilatar las conversaciones en La Habana. Las Farc y medio país estamos viendo una reactivación de estructuras que nunca desaparecieron, estructuras militares latentes, y estructuras civiles que nunca dejaron de operar en los municipios, en las notarias, los consejos municipales, las alcaldías, las EPS y los juzgados. Humpty es más radical que Fernando Londoño, cuando siendo Ministro del Interior, nos dijo que los cultivos de coca estarían extinguidos en menos de un año. Aunque la contumacia de Mindefensa, es peor, porque no lo está diciendo porque ignore lo que todo el país sabe, sino porque pretende tranquilizarnos, aunque para hacerlo tenga que creernos imbéciles.
El “paro armado” es una exhibición de poder social, más que militar, a través del uso de una estrategia terrorista. Si abre, le quemamos el negocio, si se mueve le quemamos el transporte, si protestan los matamos. Una técnica fascista de gangsters. Diferente a cuando una comunidad, por complicidad, cercanía o adhesión, ocultaba a los guerrilleros, les facilitaba información, les daba comida. La táctica utilizada por el EPL, en sus buenos tiempos, moverse entre el pueblo como pez entre el agua. Nunca un “paro guerrillero” de los tantos que se hicieron, había logrado una paralización tan inverosímil de toda la población, que por miedo, antes que por cualquier otra cosa, se negó a cualquier actividad, y dejó que al menos sesenta municipios en cinco departamentos se paralizaran. Pero no existe paramilitarismo, pueden dormir tranquilos, el Mindefensa lo dice. Tres civiles muertos, tres policias, dos militares.
El Presidente en su charla de hoy domingo ante el país, nos dio la fórmula exacta para enfrentar al clan Úsuga: "no se dejen amedrantar".
Mientras tanto en Miami, con camisetas tricolor y sombrero vueltiao, la zorra Zuloaga y el General Plazas Vega, rodeados de uribistas y cubanos opuesto a la apertura de relaciones entre USA y Cuba, clamaban en el tono desafiante y desabrido de militares retirados, a Santos, para que levante las conversaciones en La Habana, le exigían que dé por terminada la negociación, que no hará más que entregarle Colombia al castro chavismo.
Y como una coincidencia o una convergencia, que no deja de tener un halo siniestro, el “paro armado” coincidió con las marchas uribistas, o al revés, lo cual no le quita peligrosidad a la confluencia. Multitudinaria la de Medellín y Bogotá, modestas y esmirriadas las de las otras ciudades. El programa de la marcha uribista pedía seguridad, inversión social, educación, salud, lucha contra la corrupción, cese a la persecución política. El programa del “paro armado” que se leía impreso en las octavillas que repartieron los ex EPL, pedía inversión social, educación, y salud.
Creo que Santos no debe estar durmiendo bien. Mañana lunes en Bogotá, la delegación del gobierno se reunirá con los abogados de las Farc, para revisar los términos de los acuerdos sobre concentración, dejación, refrendación y firma de un tratado de paz.
Creo que Santos no tendrá que dormir hoy en la noche. Cuando las cosas quedan en manos de abogados nadie debería poder dormir.
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