Hablar desde Washington
La visita a los Estados Unidos de la guardia uribista tiene un propósito político inmediato, relacionado con el sitio judicial que se le está tendiendo en Colombia a Monseñor Uribe. Mostrar el accionar de la justicia como persecución política. Eso le queda bien a la izquierda, a la derecha no le luce.
El Fiscal está en condiciones, con lo que tiene, de capturar a Monseñor Uribe. Todos sus antiguos círculos de gobierno están imputados. El grueso de sus lugartenientes, sus candidatos, están detenidos, son prófugos internacionales, están encausados o investigados. Su primo y su hermano con generosos pasados judiciales, no ayudan con la imagen. Sus antiguos socios, los jefes paramilitares, extraditados por él a USA, cuentan desde las cárceles, cómo fue el proyecto de asociación, cómo se hizo el negocio y entre quienes. Un tipo que es el centro de toda la conspiración, no es una buena persona, tampoco puede ser inocente.
Solo Monseñor, tiene cuentas pendientes en más de cien juzgados. El CD tiene un hacker, al que contrataron durante la campaña para que les diera información sobre los miembros del gobierno y las Farc en La Habana, viviendo en un sótano de la Fiscalía. La ex directora del DAS, organismo tan podrido que fue necesario liquidar, está entre rejas, en manos del Fiscal. Ambos tienen suficiente que decir como para poner en las cuerdas al uribismo, a sus procedimientos mafiosos desde el gobierno y desde la oposición. Y Uribe, tiene por cuenta del Tribunal Superior de Antioquia, una indagatoria pendiente para responder por la masacre del Aro.
Uribe está más asediado que nunca desde el flanco judicial. La acumulación de incriminaciones va a rebosar la copa, lo cual puede demorarse mucho más que lo que cualquier persona de bien podría desear.
Los pasos de animal grande los están sintiendo cerca, así que empacaron maletas de invierno, y Uribe se fue con su bestiario a Washington, a donde van todos los que quieren ser escuchados desde allá, aunque allá no los escuchen. Se fue con la Zorra y la Paloma, que más parece gavilán, a contarle al mundo que son perseguidos políticos. Que el Gobierno, las Cortes y la Fiscalía los persiguen, les niegan garantías, los interceptan – lo que hicieron los uribistas cuando estaban en el gobierno – los reducen a una celada judicial.
En USA, por supuesto, se entrevistaron con los halcones, los gavilanes, los republicanos, los anticubanos, los antiinmigrantes, los que recortan la seguridad social; se reunieron con las huestes más oscuras del imperio, para mostrarse como víctimas de un gobierno con complacencias castro-chavistas.
Un círculo de delincuentes comunes - chuzadores, conspiradores, perseguidores, socios de las AUC durante el uribato, contratadores de hackers, que le entregaron el DAS al paramilitarismo, que infiltraron las Cortes – ahora se ponen el abrigo negro de los presidentes y declaran ante el mundo que están siendo perseguidos, porque se oponen a los acuerdos de La Habana y les repugna la paz con impunidad.
Los hasta ahora impunes, claman como víctimas fementidas, de una "persecución" legal contra su prontuario. Ni un senador republicano del Tea Party, se tragaría el cuento. El viaje se perdió.
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