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Alberto Rodríguez

Sabor a ti

Sabor a ti

Que un cocodrilo devore a un turista holandés no es noticia. Tampoco que caníbales africanos en el siglo XVIII devorasen hasta los huesos a un jesuita. Pero lo es, cuando el sábado hace dos semanas, Rudy Eugenio de 31 años, fue asesinado por la policía, mientras se comía la cara de un mendigo llamado Ronald Poppo, que sobrevivió aunque perdió su cara.

 

El martes, Alexander Kinyua de 21 años de Maryland, admitió haber descuartizó a su compañero de habitación para luego hacer la cena con el corazón y su cerebro. En Canadá un actor porno mató a un joven con un picahielo, desmembró el cadáver y luego lo comió. El virus Hannibal Lecter estalló en Norteamérica, lo que por sí mismo no es casualidad. De los 10 caníbales más famosos de la historia, al menos, la mitad son norteamericanos. Tierra de caníbales, en su naturaleza iguales a los que el colonialismo extinguió en África y el Caribe.

 Thomas Harris es el creador de Hannibal Lecter, el personaje de ficción, que tal vez más ha atrapado a las audiencias en los últimos tiempos con su trilogía caníbal: El Dragón Rojo, El silencio de los corderos y Hannibal. La popularidad de Hannibal proviene de su inmensa crueldad, casi inocente, de su carácter depredador, casi natural,  y del gusto refinado por la carne humana, casi cultural. ¿Qué es lo que nos gusta de Hannibal? Probablemente no se extinguió del todo el instinto depredador de los hombres, que los lleva a devorar a los otros. Al parecer la tarea no le salió del todo bien a la cultura. Sin embargo, lo que causa más curiosidad, es por qué resurge hoy el canibalismo con esa alarmante frecuencia en los Estados Unidos.   

Seguramente cuando en 1928 Oswald de Andrade publicó el segundo “Manifiesto antropófago”, no pensó en la antropofagia literal, sino más bien en la antropofagia cultural, por la cual América devoraba a la vieja Europa. Pero de la metáfora cultural, bastante desafortunada, saltamos al hecho. Los casos de canibalismo se han dado siempre en la historia, jamás han desaparecido. Sin embargo, tres casos en el lapso de un par de semanas, parece demasiado. Una alarma cultural se ha prendido, que proyectada por la ficción, nos pone en un camino posible: comernos los unos a los otros.   

 Cormack McCarthy en La Carretera anunció el canibalismo al final de la historia, como lo último de lo último, una depredación parecida a la del comienzo, que más que a la manera de un ritual, en el que se reconoce el cuerpo del otro, se práctica como un modo extremo de sobrevivir. La última trampa cultural que nos esperaría y que no haría más que dejar salir ese Hannibal Lecter que todos llevamos adentro y que jamás la cultura pudo doblegar. 


1 comentario

Maria Eugenia -

Te faltó este: Las autoridades de salud del Estado de México informaron que el pequeño Fernando de 5 años, a quien su madre le sacó los ojos durante un aparente ritual satánico, se encuentra fuera de peligro. y según las noticias se vienen desatando muchos casos en las últimas semanas.