Matar un escritor
Es más efectivo matar al autor que quemar el libro. Además quemar libros ya no tiene presentación. La eliminación del autor es más ejemplarizante, educativa, y menos engorrosa que ponerse a buscar los libros, en un millón de librerías, bibliotecas y casas, como imaginó el loco de Bradbury, que se podría hacer. De Fahrenheit 451 aprendimos que hay que quemar los textos, arrasar con la cultura escrita, no dejar letra sobre letra en el mundo. A la Señora Blake, no solamente le quemaron toda la biblioteca en la misma casa, sino que la quemaron a ella, con el piadoso argumento de que sin sus libros ya no era nada.
Un escritor napolitano de 29 años, Roberto Saviano, publica su libro - reportaje, Gomorra en el 2006 y recibe amenazas de muerte del clan Casalesi, el más poderoso de la Camorra. Desde entonces, como Rushdie, ha debido pasar a la clandestinidad y ser escoltado cuando se mueve por los carabineros italianos. No se trata de una novela. Pero aún así, la escritura taladra un nervio que obliga a las hegemonías, a los fundamentalismos y a las mafias, a responder de manera igual, en última instancia.
¿El Islam peleando contra una novela? ¿La camorra napolitana contra un reportaje? ¿El catolicismo esgrimiendo un índice y quemando libros? ¿Pinochet peleando contra el Quijote? En Santiago de Chile sus seguidores quemaron en la calle ediciones completas, cuando casi cuatro cientos años después leyeron en él una burla al poder.
Cuando se trata de castigar, por lo que en el fondo se considera una delación de la fe, de los negocios y de la intimidad, la reacción es extrema. Hay cargos que no se pagan sino con la vida, en eso todos comparten un mismo código de honor.
Qué distinta la reacción de Kundera, frente al caso Rushdie, a la de un hombre como Octavio Paz. El primero invocando el espíritu de la ficción, la legítima suspensión moral de la novela, la defendió. El segundo, defendió lo sagrado sobre la ficción, el derecho de las religiones a no ser delatadas.
Dario Fo, Mijail Gorbachov, Gunter Grass, Rita Levi Montalcini, Orhan Pamuk y Desmond Tutu, han hecho llegar una comunicación al diario la República, en defensa cerrada por la vida de Roberto Saviano.
1 comentario
ana maria gomez -
Y creer también, con ilusión, que no perdemos el tiempo...
Ana María