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Alberto Rodríguez

Cadáveres rentables

Cadáveres rentables

 

Van hombres a los barrios más deprimidos de Medellín, Cali, Sincelejo, Tunja, o Bogotá, a ofrecer trabajo en fincas. Son reclutadores, como los de las Farc y las Auc. Atraen a los muchachos con promesas de salarios superiores al mínimo. Una vez hecho el arreglo evacuan a los desempleados de su ciudad y los conducen a otros pueblos, a extramuros, baldíos o campo abierto. Una vez allí los ejecutan sin más.

Se ha fijado una tabla de recompensas por los bandidos, como en el lejano oeste norteamericano. Recomendada por el ranchero texano al Presidente. Se les puso precio a todos, vivos o muertos. En las filas de las FARC la delación funcionó. A un comandante lo asesinaron y le cortaron la mano, o al revés, para llevarla como prueba de recompensa a los cuarteles militares.

La guerra es una fuente de gasto que demanda flujos continuos de recursos y por tanto abre espacios de mercado blanco y negro, sucio y limpio. Los soldados norteamericanos que entraron a Europa por Sicilia y subieron como héroes por la Italia, no perdieron el tiempo. Fueron haciendo negocios con la mafia y con los alcaldes corruptos en todos los pueblos. La guerra en el capitalismo es una industria y como tal oportunidad de nuevos y atractivos negocios. El problema en todo esto, es que se abrió la temporada de caza del ejército. Se le puede echar mano a cualquier ciudadano macho desempleado, con la edad suficiente para ser guerrillero raso, para convertirlo en un cadáver rentable. (Novela negra)

El parte puede decir: once guerrilleros de las FARC fueron abatidos en combate por la unidad 27 de la cuarta brigada en una vereda de Ocaña. El ejército avala el hecho, lo que autoriza a que terceros reciban la recompensa por su acción de “informantes”. Una vez cometido el asesinato – ejecución extra judicial en argot – aparece la brigada de limpieza, para ir a desnudar los cadáveres y vestirlos con la ropa de los guerrilleros que se han entregado, o con ropa arreglada de utilería. Hecha efectiva las recompensas, que los militares como tal no pueden recibir por ley, los “informantes” les retornan el dinero, descontando el pago de servicios. La transacción, como tal, no paga IVA.

Así que ya no se sabe si los guerrilleros que todos los días se dan de baja son guerrilleros, si los desempleados desaparecidos en todo el país, aparecerán, si la destitución de 27 militares es suficiente para tocar al Ministro Santos, si los cientos de denuncias de las víctimas de la violencia de Estado serán atendidas y reparadas, si un congreso norteamericano de mayoría demócrata aprobará un TLC con un país donde el gobierno se ve obligado a dar de baja a tres generales por el negocio de los “falsos positivos”, tras lo cual el héroe de la operación Jaque, renuncia el mismo día de las elecciones norteamericanas a su cargo de Jefe del Ejército.

Tampoco sabemos si Monseñor Uribe sigue pensando en hacerse reelegir, con un negro en la Casa Blanca.

1 comentario

Elecciones -

Esto demuestra la decadencia de la fuerza pública, que jura servir al pueblo colombiano y termina matando a un civil inocente por unos cuantos pesos, pienso que el sistema de recompensas no es malo, porque este estimula a la fuerza pública a generar más resultados positivos, lo que es malo la ética de los soldados y sus comandantes, creo que primero debe dársele una educación ética a estos últimos, para que puedan cumplir con la presión contra las guerrillas colombianas, recientemente leí un artículo relacionado con este tema en un portal colombiano dedicado a brindar información clara y objetiva relacionada con las elecciones 2010.