Don Fabio y Don Mario
Guillermo León Valencia Cossio tenía dos jefes mientras se desempeñaba como Director de Fiscalías de Medellín. Por un lado el Ministro de Justicia, Don Fabio, su hermano. Y por el otro Don Mario, el jefe del cartel de los paramilitares. Probablemente no se configuró un conflicto de lealtades, porque lo que va de Don Fabio a Don Mario, no le evitó a León la permanencia en el cargo, mientras un teléfono no lo traicionó. Como tampoco evitó que el Fiscal General retardara echarle mano, ni que se apresurara a concederle la casa por cárcel, por recomendación de Don Fabio.
Cómo son las cosas cuando se le sirve a Monseñor Uribe Vélez. A Yidisita, cuyo cohecho contribuyó a que el Presidente, que quería repetir, repitiera mandato, no se le dio la casa por cárcel, hasta que los hijos no se amarraron a un poste frente a la cárcel. Mientras que a León se apresuran a concedérsela con cargos de enriquecimiento ilícito, violación de reserva, utilización de información privilegiada y falsedad. Para un hombre que sirve a dos señores, no son demasiados cargos, según los conservadores.
La responsabilidad penal es individual, lo repite el Primo José Obdulio, el mismo Don Fabio, y un señor que es el jefe de los conservadores. Como si León no estuviera en el cargo por Don Fabio, lo que no le impidió, sino que por el contrario le facilitó entrar en tratos con Don Mario en condición de Fiscal. ¿Cómo se puede exonerar de responsabilidad política al Ministerio de Justicia? ¿O es que hasta que a Don Fabio no se le presenten cargos será el Ministro de Justicia? La responsabilidad política es de conjunto, de estado, de gobierno, de bancada, de cuerpo. Y la responsabilidad ética es colectiva. Pero un cargo ético contra Don Fabio rebota, él está blindado. Trabaja para Don Álvaro.
Técnicamente Don Fabio debería caerse, porque ni el gobierno ni el ministerio pueden salvar la responsabilidad política de haber tenido al menor de los Valencia, trabajando en la Fiscalía para Don Mario. El primo José Obdulio, nos dirá que Don Fabio no sabía a lo que se dedicaba León en Medellín, como tampoco sabría que se le conservó el cargo de Fiscal Delegado al Tribunal Superior, cuyo salario es superior en tres o cuatro millones, al de Fiscal de Medellín (ad hoc).
Después de que se publicaron las pruebas de las conversaciones por teléfono que comprometen a León, Sierra y a Don Mario, y de paso revelan los contratos de seguridad del Doctor Ternura, León se dedicó – antes de que el Fiscal cumpliera con la obligación de detenerlo- a eliminar pruebas. Pero, más por idiota que por corrupto, también lo hizo a través de un teléfono. Los teléfonos no son compatibles con León. Eso ya deberían saberlo Don Fabio, y hasta el Presidente, que lo sabe todo.
Pero Don Fabio se quedará en su escritorio, hasta que el costo de tenerlo termine siendo mayor que el efecto de la irresponsabilidad criminal de Don Álvaro, sosteniendo un ministro, que salpicado como está, termine salpicándolo a él mismo.
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