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Alberto Rodríguez

Si pusieron un hombre en la luna, bien pueden poner un imbécil en la casa blanca

Si pusieron un hombre en la luna, bien pueden poner un imbécil en la casa blanca

No sé si el pueblo norteamericano se merece o no, al megalomaniaco rubio y mentiroso, que por torcidas artes de la democracia terminó en la Casa Blanca, como quien termina en el sótano porque lo han precipitado por el shut.

El libro Fuego y furia, de Michael Wolff, es el resultado de meter las narices, con autorización y sin ella, en la “casa blanca” del perro. Completar el imaginario que el mundo ha venido haciendo del Sheriff con mierda de perro en los zapatos. El libro es un poco escatológico, por la desnudez conque muestra los actos privados.

Si quienes eligieron a Trump en el 2016 lo van a sostener y a salvar, del cada vez más abierto esfuerzo de quienes no lo eligieron para conseguir su remoción, quiere decir que los Estados Unidos, después del gobierno de Obama, entraron en la fase madura de su decadencia. Es posible que si los Estados Unidos pusieron por su capacidad científica, el primer hombre en la luna, también puedan poner con su ceguera provinciana, a un imbécil en la casa blanca.  

Trump representa a la gente de los Estados Unidos que les gustaría regresar a los años “sin cuenta”, a la antigua, generosa y productiva América. América para los americanos. A quienes tienen que vérselas, todos los días, con la América real -la del multicultaralismo, las masacres escolares, los chicanos, el narcotráfico, los hackers, el riesgo ambiental, la desindustrialización, las burbujas financieras, el terrorismo y la depresión- Trump jamás podrá representarlos, como no representa a la mayor parte de las sociedades en el mundo. A las que por el contario, o no conoce, o las escupe.

Un largo año ha bastado para que el temor prelectoral por el riesgo que para el mundo significó el ascenso de Trump, ha bastado para saber que en la “casa blanca” hay un sheriff que ve televisión, se harta de hamburguesas y donuts, toma coca cola y junto al teléfono y el control, tiene su gordo botón de hacer estallar bombas atómicas. Y hasta es capaz de publicar todo en twitter.

Trump es una versión híbrida de Rico McPato y Frank Underwood. Finalmente Walt Disney llegó a la Casa Blanca.   

 

 

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