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Alberto Rodríguez

No hay pago

No hay pago

No hay pago

¿Quién no ha padecido la demora de un pago por un contrato? ¿Quién no ha visto retardado el pago de honorarios? ¿Quién no ha padecido la demora del pago por nómina? ¿Quién no ha visto asediada su industria o su negocio por cuentas sin pago? ¿Quién no ha quedado mal en un pago por otro que no entró?  ¿Quién no ha naufragado comercialmente por una cartera incobrable?

El acta de liquidación, el informe terminal, la cuenta de cobro, el RUT, la DIAN, la retención, la orden de pago, el giro, el PAC, la disponibilidad, el estatuto anticorrupción, son elementos de una cadena de corrupción, que consiste en retener los pagos para soportar movimientos favorables al pagador. No estoy hablando de los insolventes, los que no tienen cómo pagar. Hablo de los que teniendo, no pagan.

Es gracioso, que en un país tan absurdamente corrupto, en lo oficial y lo privado, como este, exista una maraña tan refinada de protocolos para pagar. Quizá sea porque es la mejor forma de sostener el protocolo para no pagar. Nadie, absolutamente nadie, quiere pagar a tiempo, aunque pueda.

Si la maraña protocolaria para pagar es tan absurdamente rellena de condiciones y requisitos, la maraña para no pagar, es todavía más sofisticada. Un asqueroso truco clásico, cuando se quiere postergar el pago un par de meses: “la carpeta de soportes se perdió”. Una versión más benigna, con algunas variantes, después de un mes de retardo: “se perdió el comprobante anexo del paz y salvo de la Personería delegada para personas jurídicas”. Una muy usada, después de un par de semanas: “se fue un error en la cuenta de cobro”.

Los trucos modernos comienzan cuando los sistemas se pusieron al servicio de lo contable. El más absoluto de todos los trucos para no pagar: el sistema se cayó (burocráticamente el sistema es una cosa sobre la que nadie tiene control, no depende de nadie en particular, pero tiene que ver con todos). Eso quiere decir espere hasta que el sistema se reabra. Quien se va persuadido de que el sistema es tan inapelable como Dios, tendrá que revestirse de mucha paciencia. El que no se traga el truco, ni la paciencia le valdrá. Un truco que es criminal: “no hay PAC”, quiere decir, no hay orden de giro sobre reserva disponible. Uno más ordinaria, pero efectivo:”el cheque necesita doble firma”. Quiere decir, hasta que no aparezca el casposo de la segunda firma, no habrá giro. Las cooperativas de bandidos en otras épocas tenían un truco:”las cuentas nos fueron embargadas”, aunque todavía no lo hubieran sido. Con los cheques se hacen linduras: equivocar una letra, una cifra, no hacer corresponder las letras con el número. Y no sé porque siempre, el que se da cuenta es el cajero en la ventanilla.

No pago, no hay pago, pago solo los viernes, aplazados los pagos, pagos retenidos, cheques devueltos por insuficiencia de fondos: una ordenación  que envuelve pequeñas y grandes especulaciones, y que tiene un impacto no medido en la economía: el retardo de las tasas de consumo y pago. Una economía del no pago aletarga, imbeciliza, hace innecesariamente lenta la cadena móvil del dinero.

Comercialmente hablando, pagar a tiempo, sería tan revolucionario, como lo sería en la justicia, fallar en términos.

        

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