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Alberto Rodríguez

Los dos bloqueos cubanos

Los dos bloqueos cubanos

En Miami rumoran que Fidel no se ha muerto porque el Diablo no lo quiere en el  infierno. En la Habana,  las malas lenguas dicen que no es que el Diablo no lo quiera, sino que apenas están en negociaciones. Y en el Infierno dicen que Fidel puede morirse cuando se le de la gana.  Los medios ya deben tener preparados los programas para el día de su muerte: los archivos, los documentales, los perfiles, las entrevistas, todo. Ya sabrán cómo van a titular. Y el se morirá creyendo que la historia lo absolverá.

Uno de los expedientes más propagandísticos del régimen cubano es el del “bloqueo”. Es decir, el obstáculo para vender y comprar a los Estados Unidos. ¿Pero qué esperaban? Hacen una revolución para tumbar a Batista, luego se declaran comunistas y hacen alianza con los soviéticos contra su peor enemigo, los Estados Unidos. Su peor enemigo declara el bloqueo, no tenía porque facilitar las cosas a la revolución socialista. (¿O sí?) El desbloqueo significa pasarse del lado de la revolución. Pero como en hipocresía y comercio los Estados Unidos carecen de principios, el propio gobierno cubano en el 2008 reveló que la isla ha hecho negocios todos estos años con al menos 250 empresas norteamericanas. El 80% de la comida que se adquiere con las libretas de racionamiento (pollo, arroz, huevos, granos) proviene de empresas norteamericanas. Se hacen tantos negocios con Cuba, como en las épocas de Lucky Luciano.

Cuando Castró tomó el poder, la economía cubana era la tercera en América Latina, superada apenas por Uruguay y Argentina. El ingreso per cápita cubano era tres veces mayor que el de Chile y el doble de el de España. Hoy tanto Chile como España superan en ingreso personal a Cuba. Sí claro, el bloqueo, pero cuál de los dos.  El pueblo cubano, dejémonos de vainas, también ha sido víctima, como todos los pueblos, de los disparates criminales de sus propios estados, el peor enemigo de la sociedad civil.

El estado Cubano ha sido mejor político que comerciante, mejor propagandista que gestor, mejor represor que emprendedor. La opinión como delito, perseguida por la burocracia paranoica, el mesianismo tropical, la torpeza de la política económica, la dependencia económica de los soviéticos hasta 1990, son pruebas del bloqueo interno, uno más audaz y perverso que el bloqueo de los Estados Unidos. ¿No será más perverso, “desviar” tal como se hizo, una buena parte de los recursos soviéticos destinados a mitigar los problemas domésticos del pueblo cubano, en aventuras militares en África?

De 192 piases miembros de las Naciones Unidas, 184 han votado contra el bloqueo norteamericano contra Cuba. Si un inteligente plan de comercio con esos 184 países, no le ha permitido a Cuba resolver los problemas básicos de abastecimiento social, entonces querría decir que el destino de la revolución cubana siempre ha estado en manos de su peor enemigo. Si Barack Obama desbloquea a Cuba, será el primer presidente negro de los Estados Unidos que habrá hecho por la sociedad cubana, más que Fidel en cincuenta años de reinado.

 

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