¿Secreto de Estado o Estado secreto?
En un gesto repentino de humanitarismo unilateral el Gobierna ha dicho que dejará en libertad a un contingente de guerrilleros de las FARC. Hay guerrilleros que no están de acuerdo con salir de la cárcel. El arrebato les parece la variante humanitaria de la ley de fuga. Y la sociedad civil se pregunta, si los sueltan unilateralmente, ¿con qué van a intercambiar a los secuestrados de las FARC? No hay mecanismos que eviten que si los guerrilleros salen no se reinserten a sus filas, como su organización lo necesita. El garante de que eso no ocurra, según el Gobierno, deberá ser la Iglesia. ¿De qué sirve la excarcelación masiva? Hay una razón de estado, nos ha dicho Uribe, una desconocida e innombrable razón. ¿La conoce la Iglesia? ¿Se la ha consultado con el Congreso? ¿Qué dicen las cortes? (Es muy extraño que el Presidente de la Corte Suprema esté en completo desacuerdo con la iniciativa y afirme que afectaría toda la política criminal del Estado). Más que un secreto de estado (que siempre suena a una cosa serísima), estamos ante un simple secreto de gobierno, que ha terminado por entenderse de manera perversa, como lo comenta José Obdulio. Pensar que el Gobierno va a soltar guerrilleros para quedar en libertad de soltar luego, con la misma justificación normativa, a los para políticos, es una canallada, además de una inexactitud. En primer lugar, porque eso no es un secreto de estado. Y en segundo lugar, porque el Gobierno no pretende hacer más de aquello para lo cual está facultado. El Presidente Uribe lo ha dicho claramente, si una medida tal de excarcelación pudiera aplicarse a los congresistas detenidos por vínculos paramilitares, sería a costa de su vida política. El no va a permitir más vivos políticos militando en su coalición, si salen, salen muertos.
0 comentarios