El nuevo mejor enemigo
Que a Uribe lo califiquen de asesino, de mafioso, de paramilitar, desde el gobierno de Venezuela, no es nuevo. Cuando Nicolasito lo acusa de fraguar un atentado en su contra, con la derecha internacional, cuando lo tilda de asesino y mafioso, está repitiendo el rosario de afirmaciones que el Generálisimo le lanzó a Monseñor, cuando gobernaba utilizando todas las formas de lucha, al país.
Otra cosa es la veracidad de la información. Que Nicolasito tenga pruebas contra el ex presidente de estar fraguando su asesinato, es lo menos que se le pide. Lo cual debería llevar a una acusación formal, soportada, ante la ONU, o cualquier organismo que tuviera jurisdicción para investigar la denuncia del gobierno de Venezuela. Sería lo serio.
Que Monseñor haya o no metido las manos en los asuntos internos de Venezuela, también estaría por probarse. Hay tres cosas, que Monseñor ha sido vertical señalando, la responsabilidad del gobierno venezolano en el asentamiento de las Farc en su territorio; que el territorio venezolano, como Cuba en épocas de Noriega, sea país tránsito del tráfico internacional de drogas; y en particular, el papel político que juega Venezuela en las conversaciones de La Habana. Si no las ha metido, no pudo haber dejado indicios, de los que el gobierno de Venezuela pudiera valerse para encochinarlo. Y si lo ha hecho, seguramente ganas no le faltarán, pues que Nicolasito, que tampoco es bobo, lo ha pillado.
El abogado del ex presidente, Jaime Granados, dijo que acudirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para solicitar medidas cautelares, por considerar que las afirmaciones de Maduro, ponen en riesgo su vida.
El sacrificado de la escaramuza está siendo el Santico. La situación estaría planteada más o menos así: el mejor amigo del nuevo mejor amigo de Santos se pelea con su nuevo mejor enemigo. No puede pasar por alto la acusación contra Monseñor, porque sería aceptar “una ofensa a la dignidad nacional, en la persona de un ex presidente”. Y no estaría bien visto, que gracias a Nicolasito, encontrara argumentos para cerrarle espacio político nacional e internacional, a su principal contendor político. Que no podría interpretarse, más que como que Santos está más cerca de Maduro que de Uribe.
El Santico ha dicho que todo se tramitará por la vía diplomática. Así que mandó a Ángela a donde el Embajador, que no podrá más que ratificar las declaraciones de Nicolasito.
Por Monseñor, el Santito no va a pelearse con Nicolasito. Pero Nicolasito lo ha puesto en una posición de fragilidad política muy incómoda, defender a su peor enemigo político, del heredero de quien fuera su nuevo mejor amigo.
0 comentarios