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Alberto Rodríguez

Los buenos muchachos

Los buenos muchachos

Kiko Gómez y el clan Char del Atlántico han sido amigos, socios y cómplices de las alianzas electorales de Vargas Lleras en la costa, desde hace mucho tiempo. El mismo Vargas que quiere ser presidente, a nombre de CR, en el 2018. El mismo que con casco y botas exige al Ministro de Hacienda el billete para su campaña de cemento.

CR es el partido político más afectados proporcionalmente en los procesos contra los para políticos, fue fundado, entre otros, por Alfonso Valdivieso, pariente de los Galán en 1998. Hasta abril de 2008, por orden de la Corte Suprema de Justicia y de la Fiscalía, habían sido detenidos siete congresistas y cinco más todavía están siendo investigados.

Cuando se embarcó en la tarea de ser vicepresidente del Santico, y después de una serie de vendettas programáticas dentro de CR, Vargas terminó dejando a ese buen muchacho Galán, encargado de la banda, con su respectivo secretario, Álvarez Lleras.

Al muchacho Galán, que parecía buen muchacho, lo seduce el poder como a muchos de su estirpe. Pero qué pena estar en el Partido Liberal, después de que la pandilla roja estuvo al mando de Honesto Samper, que ganó las elecciones ayudado por la misma clase de gente que asesinó a su padre. Qué pena estar en la U, el partido que el Santico ultrauribista, ministro de la defensa durante los falsos positivos, se inventó para llevar a Monseñor, por segunda vez, a la presidencia.

Ahora, digo yo, si Galán entró a CR y llegó a ser elegido director, es porque definitivamente no es un buen muchacho. Se arrimó a una pandilla que hoy lo ha obligado a renunciar, ante la más burda y explícita suplantación de poderes partidistas. La candidata de Kiko Gómez a la Gobernación de la Guajira - aunque ella lo negará siempre - obtuvo su aval sin la autorización del director, a través de una firma del secretario Álvarez Lleras, suficiente para los Char.

La llamada “Princesa negra” - Oneida Pinto -, la que dejó la alcaldía de Albania para salir a politiquear, y la entregó, como si fuera una herencia, a uno de sus asistentes, tiene una investigación preliminar en la Fiscalía, por manejo irregular de fondos cuando fue alcaldesa. Galán, por supuesto tenía de que quejarse. Le preguntó al Secretario Álvarez Lleras, por qué había firmado el aval, y el Secretario le dijo la verdad: “…porque la candidata obtuvo el respaldo de los directorios municipales de CR, en todo el departamento”. Así que el buen muchacho viene sobrando. No le quedaba más que irse. Víctima de su ambición terminó siendo el mamarracho “decente” con el que se pretendió tapar la fealdad y suciedad detrás de esa R invertida, que tiene tanto de azul como de rojo.

Pero si será mal muchacho, se va de la dirección del partido, no por dignidad, sino por el miedo a la ruina política, pero no se va del partido, ni suelta su curul. Qué rico, el indignado, decente y transparente muchacho, no le importa quedarse en el partido de los Char, de Kiko Gómez y Álvarez Lleras.

Y no se va, con el argumento, de que a pesar de haber sido tratado como un mamarracho, él necesita de CR, para hacer las propuestas que el país necesita.

Y CR, que con la renuncia del muchacho, no pudo haber visto otra cosa que el repudio al procedimiento de los avales, lo deja con su curul, porque el que alguna vez fue buen muchacho, hoy sus amistades lo han convertido en uno más de la pandilla. Los Galán dan para todo.  

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