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Alberto Rodríguez

La heroína se dispara en Afganistán

La heroína se dispara en Afganistán

Informe de la ONU

                   No sólo las fuerzas de la OTAN sufren reveses en Afganistán. La creciente inseguridad ha facilitado el aumento de la superficie dedicada al cultivo del opio, del que se extrae la heroína. La cosecha afgana equivale al 75% de la producción mundial, según señala el informe anual de la agencia de la ONU encargada del narcotráfico (UNODC, según iniciales inglesas). El informe será presentado el jueves en Viena. En la otra punta del planeta, en Bolivia, UNDOC ha advertido al Gobierno de Evo Morales que "algunas de las medidas que se dispone a tomar incumplen las disposiciones de los tratados internacionales sobre control de drogas" y pueden favorecer la producción de cocaína. El grueso de la cocaína de Latinoamérica entra en Europa por España y Portugal.

En 2006, la superficie en la que se cultiva la adormidera, de la que se extrae el opio para fabricar heroína, aumentó en Afganistán un 59% -hasta alcanzar las 165.000 hectáreas- y la producción un 50%, hasta llegar a 6.100 toneladas. En Perú, primer productor latinoamericano, la amapola acapara sólo 1.500 hectáreas.

"En la provincia meridional de Helmand (Afganistán), donde los ataques de los talibán contra las fuerzas gubernamentales e internacionales se han incrementado, el cultivo ilícito aumentó en 69.300 hectáreas demostrando, una vez más, el vínculo entre una seguridad adecuada y la lucha contra los cultivos ilícitos", recalca el informe de UNODC.

Sólo seis de las 34 provincias afganas están hoy en días exentas de opio. La agencia de la ONU no lo precisa, pero el tráfico de heroína es, probablemente, la principal fuente de financiación de los talibanes que se enfrentan a la OTAN. Los tráficos en Afganistán han irradiado toda Asia Central. Irán no sólo es lugar de tránsito de la droga hacia Europa sino que ostenta ahora el récord mundial de consumo de opiáceos.

Si la heroína se exporta desde Afganistán, la cocaína tiene su origen en América Latina. La superficie dedicada al cultivo de la hoja de coca, de la que se extrae la cocaína, aumentó ligeramente (1.600 hectáreas) en los países andinos en 2005 hasta situarse en 159.600 hectáreas. La mitad (86.000 hectáreas) están en Colombia.

A la preocupación por Colombia se añade ahora con fuerza la que suscita Bolivia. "(...) Desde hace muchos años no respeta las obligaciones estipuladas en los tratados internacionales sobre control de drogas", según el informe, pero ahora va a peor con las nuevas normas que Evo Morales proyecta aplicar. UNODC le hace un llamamiento para que cumpla con sus compromisos.

Pese a estas malas noticias, en Bolivia la superficie dedicada a la coca disminuyó un 8% en 2005, último año del que hay datos disponibles, hasta quedarse en 25.400 hectáreas, mientras que en Perú la reducción fue del 4%, hasta las 48.200 hectáreas. El mayor incremento de cultivos tuvo, en cambio, lugar en una zona colindante entre Venezuela y Ecuador.

Europa es el segundo mercado mundial de consumo de cocaína después de Norteamérica. Cada año entran en el Viejo Continente unas 250 toneladas exportadas desde puertos de Colombia, Ecuador, Venezuela, Surinam, Argentina y Brasil.

"Para introducir cocaína en los países europeos, los traficantes han utilizado con creciente frecuencia rutas que atraviesan Portugal y España", subraya el estudio de UNODC. Tradicionalmente, la península Ibérica ya era el lugar de tránsito por donde penetraba el cannabis marroquí en Europa.

La policía española ha identificado tres grandes rutas, que tocan todas a África, por donde llega la cocaína hasta la Península. "Un desarrollo especialmente preocupante es que África se ha convertido en una escala importante en el tráfico de cocaína", se lamenta UNODC.

"Otro asunto inquietante es que las organizaciones criminales que trafican con cocaína en América Latina están estableciendo lazos con grupos criminales involucrados en el tráfico de cannabis entre Marruecos y España", prosigue la agencia de la ONU.

Prueba de ello es que a principios de mes, la policía marroquí incautó varios kilos de cocaína en el puerto de Dajla, otros 20 kilos aparecieron flotando cerca del puerto de El Jadida y las detenciones de traficantes se dispararon en el aeropuerto de Casablanca.

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