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Alberto Rodríguez

Bautismo y extremaunción

Bautismo y extremaunción

Cualquiera que sea un poco supersticioso, podría pensar que fue cosa del demonio que no descansa, y que en sana lógica, también goza del recurso del “libre albedrío”. Un cura de Moldavia - Vaceslav Ungureanu – ahogó a un bebé de seis semanas, en la pila bautismal, mientras oficiaba el santo sacramento. Lo que a su vez, llevaría a que por seguridad industrial se promoviera una reforma de las iglesias, por la cual se sustituyeraa el bautismo por inmersión, por el de aspersión.

“El cura no cubrió la boca del bebé cuando lo sumergió en la pila bautismal”, aseguran varios testigos del hecho. “Puso una mano sobre su cabeza y otra sobre su entrepierna y lo sumergió”. Tanto el padre como la madre, no creen que el cura no supiera lo que hacía. Y si lo sabía, entonces técnicamente lo que hubo fue una lamentable confusión sacramental, el bautismo por la extremaunción. Lo cual, más allá de las implicaciones penales, debería hacer reflexionar a los fieles sobre la responsabilidad de Dios en el asunto, porque nadie en sus cabales podría argumentar que él no está moralmenbte implicado en los hechos.

Por su parte, el clérigo, como cualquier clérigo que se respete, negó cualquier responsabilidad en el hecho. La policía de Rascani, al noreste de Moldavia, continúa las investigaciones luego de que un forense confirmó la muerte por inmersión del bebé.

El terrible momento quedó registrado en la cámara de uno de los participantes, encargado de filmar el evento, tal como se muestra en el video que circula profusamente en youtube. Por su naturaleza evangélico-criminal, no se recomienda el video para menores de edad y personas de alta sensibilidad religiosa. Podría ofender susceptibilidades.

Moldavia horrorizada, debería apelar más que a la justicia  ordinaria, a la justicia divina. Tribunal supremo, en cuya sabiduría están los recursos para aclarar la naturaleza criminal del hecho bendito, que compromete no solamente la naturaleza del arcaico rito, sino la de la omnipotencia divina.

Porque, aunque no haya sido una acción voluntaria el crimen cometido por el cura, los padres y los parientes, jamás entenderán, cómo fue posible que Dios permitiera tal cosa. Y si fue voluntario, extrema aplicación del libre albedrío, entonces definitivamente estamos frente a un expediente del demonio. ¡Dios nos libre!

 

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