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Alberto Rodríguez

Pepe Lobo

Pepe Lobo

       Según José Obdulio Gaviria “fueron asesores colombianos los que diseñaron, planearon y ejecutaron toda la campaña presidencial de Porfirio Lobo”. Si es así, todo ha comenzado mal. Tan mal como si hubieran sido asesores venezolanos, argentinos  o gringos. La base de Palmerolas se queda quieta donde está. Y Mel seguirá escondido en la Embajada del Brasil.

       Honduras tiene simultáneamente un Presidente derrocado, sobre el que pesan 40 órdenes de captura que van desde narcotráfico hasta abuso de poder. Tiene un Presidente de facto apoyado por los poderes constitucionales, que se fue de vacaciones mientras ocurrían las elecciones, diciendo que prefería ausentarse, para que su presencia no interfiriera con los comicios. Y un Presidente electo, terrateniente como Mel, uno de los más grandes ganaderos del país, con un pasado ligado a la corrupción, derechista con antecedentes comunistas, de 62 años, aunque parece de cincuenta. Un hombre simple en sus argumentos, simple en sus propuestas, sin mayor sabor: Pepe Lobo.

       Aunque Lobo se posesiona solo hasta el 27 de enero, el problema de legitimidad es ya su primer problema de gobernabilidad. Una parte de la sociedad civil, la que apoya a Mel, no reconoce el resultado electoral. Venezuela, Ecuador, Brasil y Argentina, tampoco reconocen el resultado. "Pepe Lobo es un hombre de gran experiencia política, un buen ejecutivo y capaz (...) Estados Unidos trabajará con él para el bien de ambos países (...) y nuestras relaciones serán muy fuertes", dijo el embajador de Estados Unidos Hugo Llorens a la radio local HRN. Costa Rica, Perú, Panamá y Colombia reconocen a Pepe. De hecho el bloqueo diplomático al gobierno de Micheletti se ha comenzado a desmembrar con el resultado electoral. Pepe Lobo viajará por los países de la región para buscar apoyo internacional. Necesita desbloquear las relaciones internacionales antes de tomar las riendas.

       El Congreso deberá votar sobre la restitución de Mel, para dar curso al acuerdo de unidad nacional que sus delegados firmaron con los de Micheletti. De ser así la comunidad internacional, incluyendo a los países más reacios a reconocer el proceso electoral, “tal vez puedan restablecer relaciones diplomáticas en un plazo de seis meses”. Aunque Mel se ha precipitado desde su prisión carioca a declarar que no aceptará ninguna resolución del Congreso, porque sería “cohonestar el fraude”. Aunque para Pepe “Mel es historia”.

       El Partido Nacional, de Mel, Micheletti y Lobo, debería promover la restitución de Mel, para terminar desde adentro de abrir las condiciones para el reconocimiento diplomático que se perdió con el golpe. ¿Pero quién con cuarenta órdenes de captura, sale de su escondite para ir a posesionarse de presidente? Mel sabe que no puede salir. Aunque debería salir, el 28 de enero, para aguarle la posesión a Pepe Lobo, crear con su presencia el hecho político de su detención, la reactivación del movimiento social a su favor, creando una situación que amanece desde el comienzo el gobierno de Pepe Lobo. Así seguramente se lo recordaría dentro de cinco años, porque si sigue en la Embajada, y no sale cuando tiene que salir, en un año será historia.

       Si es cierto lo que ha dicho José Obdulio Gaviria, el pueblo de Honduras se habrá precipitado a la boca del Lobo.

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