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Alberto Rodríguez

Ingrid, Sarkozy y el G8

Ingrid, Sarkozy y el G8

 

 Valientes hordas de muchachos llegados de toda Europa se han dado cita en las proximidades de Heiligendamn -Rockstoc - en Alemania, para ir a escupir a los ocho ricos de la tierra en su cara. Centenares de miles de policías los estaban esperando. En cada cumbre del G8 siempre es la policía la fuerza decisoria del encuentro. El G8 es un exclusivo club de ricos, que maneja los hilos de las industrias de armas, combustibles e información y el mercado negro. Son los mayores responsables de la contaminación ambiental del mundo, los mismos que movilizan ejércitos invasores, los del club atómico, los de los ejércitos de la noche, los dueños de la moneda. Un club de ricos sin escrúpulos, contra el que bien vale la pena hacerse mojar con manguera o dar una zurra.  En la reunión del G8 – 6 a 8 de Junio - se va a firmar una declaración de lucha contra el terrorismo. Se sabe de una posible recomendación para que las FARC sean eliminadas de la lista del terrorismo mundial, lo cual les otorgaría automáticamente reconocimiento político. Podría ser una especulación alarmista, pero ha puesto a correr a Uribe. La fuente de este último es Sarkozy. El affaire Ingrid Betancourt se politizó en Francia. La repercusión en Colombia es visible. Uribe corre a seleccionar reclusos de las FARC para soltarlos. Sarkozy y Uribe hablan todos los días por teléfono. El Doctor Ternura ha ido tres veces al Eliseo. Un gesto de buena voluntad coaccionado por la política doméstica de Francia, ha permitido que en Chiquinquirá se reúnan casi 200 reclusos que están a punto de ganar su libertad por decreto presidencial. Sarkozy y Uribe también tienen su corazoncito. Sarkozy enfrenta sus primeras elecciones legislativas el 10 de Junio y necesita “haber resuelto el asunto de Ingrid”, porque la liberación se traduce en votos. Uribe necesita ayudarle a Sarkozy, es un aliado europeo de máxima importancia, hoy podría decirse que es el mejor. Uribe necesita resultados para aplacar la tormenta parapolítica, y la liberación de Ingrid le vendría bien. Además adelantarse a las FARC, quitarles la iniciativa dejándolos sin argumento frente al intercambio humanitario. La fórmula de las FARC es intercambio con despeje, la de Uribe, intercambio sin despeje.  Lo que está haciendo Uribe es adelantarse a las consecuencias previsibles de un encuentro en una hipotética zona de despeje, liberar a los reclusos. (No se sabe si los liberados sean antiguos miembros de las FARC que no obedecen la línea de mando, o que aparentemente no la obedecen o reclusos que nada tienen que ver con las FARC. Por comunicados de las FARC, se sabe que los reclusos que siguen la línea de mando no aceptan salir de la cárcel, porque según ellos es prestarse al juego de Uribe). Y como en una carambola a tres bandas, Uribe necesita adicionalmente evitar que las FARC sean eliminadas de la lista de terroristas, pudiendo mostrar que a un gesto de humanitarismo unilateral del gobierno, no responden de la misma manera, porque no son más que nuevos nazis.   

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