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Alberto Rodríguez

¿Por qué no liberan a Ingrid?

¿Por qué no liberan a Ingrid?                      Con la cruzada por rescatar a los secuestrados de las FARC, se han visto beneficiados: la Senadora Piedad Córdoba, las FARC, Chávez y Sarkozy. Uribe y su seguridad democrática son de los menos favorecidos. Los que no se han beneficiado en nada son los secuestrados.                    Chávez finalmente pudo meter las manos legalmente en los asuntos del estado colombiano, gana protagonismo internacional con una causa humanitaria, termina siendo un intermediario oficioso para la liberación de los gringos y sensibiliza a la endurecida opinión venezolana en torno a una buena causa. Su problema, la imprudencia, la falta de tino, que usualmente se lo escamotea su megalomanía.   Sarkozy necesita meter basa en América Latina, necesita hacer notoria su gestión ante la endurecida opinión francesa, gana protagonismo como mediador y apunta a subir unos puntos de popularidad, consiguiendo la liberación de una ciudadana francesa. (Esto en Francia es una fórmula). Su problema es que no conoce las condiciones, creyó que con su intervención - acatada por Uribe - el asunto se resolvería en semanas. Ahora le manda cartas y videos a Don Manuel, diciéndole que si algo le pasa a Ingrid es su responsabilidad.                    La Negra se puso en la palestra, en las primeras planas, salió con el cargo de facilitadora del Palacio de Narquiño, cambió las aburridas sesiones del congreso, por una vitrina internacional, cobró fuerza política ante su propio partido, pasó a ser parte del staff bolivariano de Chávez para la liberación, ganó imagen ante la endurecida opinión colombiana, tanto que algunos comentarista de prensa ya la han metido al abanico de presidenciables para el 2010. (El Espectador la declaró el personaje del año). Visitó en su campamento – arrasado por el ejército unos días después – al viejo Reyes, en un kiosco como los de las cocinas en medio de la selva. Luego con Iván Márquez, en un acto amistoso de distensión se coloca una boina de las FARC, que es algo más que un sombrero, es un símbolo que se cuida de dejar explícito en la foto de Caracas. Los senadores gringos la consultan, las familias de los secuestrados norteamericanos le hacen lobby. Toma un avión, recién posesionada Cristina Kirchner en Argentina, para ir a pedirle ayuda.                  Las FARC volvieron a ser noticia. Internacionalmente se valida el hecho que los secuestrados – prisioneros de guerra según el Secretariado – son un capital de negociación. Chávez les da a las FARC reconocimiento explícito, la página de Anncol gana visibilidad, se legitima el hecho de que los Estados si necesitan negociar con los terroristas. Márquez es recibido en Miraflores. Dos presidentes les hacen lobby. Y lo más importante, la jugada guerrillera, deja ver las maromas, los bandazos de urgencia y las improvisaciones de la política de seguridad democrática de Uriba.                      Ahora tenemos la promesa de las FARC de liberar unilateralmente a tres secuestrados, incluyendo a Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, que las malas lenguas, aseguran que no es de ella sino de Ingrid. Lo normal en este caso es el escepticismo. Las Farc le han mamado gallo a Pastrana, a las Naciones Unidas, a Francia, a España, a Suiza, a la Conferencia Episcopal, a Uribe, hasta a la Cruz Roja. ¿Quién nos asegura que no es una inocentada? ¿A cambio de qué las FARC otorgan una liberación unilateral? ¿Por qué no liberan a Ingrid?                    Ingrid se queda porque es un valor de cambio, que está atado al resultado político que se espera con el “acto humanitario” anunciado. Pero que hay que hacerlo todo, con tal de que los liberen. De acuerdo.         

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